Si hubiera que elegir un sonido universal para la paz, votaría por el ronroneo. B. L. Diamond

Asociaciones Protectoras de Animales de España

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jueves, 25 de marzo de 2010

Cuestiones de la alimentación comercial para los gatos

En libertad y en condiciones naturales, los gatos se alimentan fundamentalmente de la caza de pequeños roedores y pájaros. Este es el tipo de alimento para el que la selección natural ha preparado su organismo. Los gatos domésticos, no obstante, dependen de nuestra mano para alimentarse. Planear una dieta natural, aunque puede ser lo óptimo, presenta muchos problemas teóricos y prácticos: cómo equilibrar los nutrientes, preparación, alimentos a evitar... (véase más abajo el artículo sobre “Alimentación natural en los gatos”). Por estas razones, las dietas comerciales se han convertido en el modo más habitual y seguro de alimentar a nuestros gatos caseros. Las dificultades, no obstante, no acaban aquí. Enfrentados a las estanterías del supermercado, las tiendas de animales o las clínicas veterinarias, los sufridos humanos pueden verse sumidos en un mar de dudas... ¿qué comprar?
Principios de nutrición gatuna
El gato es un carnívoro estricto. Así como los humanos somos omnívoros y podemos sobrevivir sin comer carne, el gato está obligado a consumirla. Una dieta adecuada para el sistema digestivo y el metabolismo de los gatos ha de ser concentrada, muy digestible y con pocos residuos: una dieta rica en proteína de origen animal y pobre en carbohidratos. Un ratón, alimento clásico gatuno, contiene mucha proteína, grasas moderadas y pocos hidratos de carbono. La dieta comercial óptima debería aproximarse a este reparto de elementos. Por supuesto, el gato necesita también vitaminas y minerales en cantidades difíciles de calcular si queremos alimentarlo de forma natural.
El misterio de las “gamas”
Entre las marcas de comida procesada para gatos hay diferencias de precio muy importantes según la “gama” a la que pertenezcan. ¿Se corresponden estas diferencias de precio con diferencias reales en calidad? Se puede encontrar distintas clases de comida para gatos en tres tipos de establecimientos:

Tiendas de alimentación, supermercados e hipermercados: gamas baja y media

Tiendas especializadas en productos para mascotas: gamas baja, media y alta

Clínicas veterinarias: gamas media, alta y alimentos terapéuticos o para necesidades especiales.
Para poder evaluar si la diferencia en precio significa una diferencia real en la calidad, es preciso leer y comparar la lista de ingredientes de las diferentes marcas y seguir unas pautas básicas para la elección entre ellas:

La lista de ingredientes va en orden decreciente de cantidades, es decir, el primer elemento de la lista es el más abundante en el alimento que estamos comprando. Es siempre preferible una marca cuyo primer ingrediente sea cárnico frente a una marca cuyo primer ingrediente sea un cereal o algún otro vegetal. Todos los alimentos de gato, especialmente los secos, incorporan cereales como “relleno” y para conseguir la consistencia de las croquetas de pienso. Sin embargo, la proporción de cereales y carne varía muchísimo entre las marcas de gama baja (más cereal, menos carne) y las de gama alta (menos cereal, más carne).
Entre los alimentos cuyo primer ingrediente es cárnico, son preferibles aquellos que nombran claramente el animal de origen: pollo, ternera, cordero, salmón, gamba..., frente a los que no lo hacen e indican simplemente “carne” o “pescado”. Son preferibles también aquellos que contienen carnes o carnes deshidratadas frente a los que contienen “subproductos animales”.
La proporción de proteína ha de ser elevada y la proporción de grasa moderada. Hay que tener en cuenta que la proporción ideal dependerá de la edad del gato, su estado de salud, su peso y su nivel de actividad. La comida para gatitos menores de un año ha de tener una proporción alta de proteína y de grasa. La comida de gatos adultos castrados o tendentes a la obesidad ha de tener también una proporción alta de proteína, pero baja de grasa. Otro dato a considerar es, como ya se ha mencionado, la fuente de las proteínas: muchos alimentos de gama baja presentan una proporción elevada de proteínas, pero no listan productos cárnicos como su ingrediente principal. Es de sospechar que estas proteínas son de origen vegetal, menos adecuadas y digestibles para los gatos que las animales. Para poder comparar adecuadamente la proporción de los distintos ingredientes entre diferentes marcas y diferentes tipos de comida (seca y húmeda, por ejemplo), usaremos la siguiente fórmula: <[x / (100 - humedad)] x 100>, donde x es, por ejemplo, la proporción de proteínas que indica el envase y “humedad” el tanto por ciento de la misma.
Estas diferencias entre los ingredientes que utilizan las distintas “gamas” se traducen en que los alimentos de gama baja suelen ser más difíciles de digerir por los gatos, por lo que necesitan comer más cantidad para saciarse. También eliminarán más residuos a través de las heces, que son más abundantes que en gatos alimentados con comida de gama alta. Las comidas de gama alta, con mayor proporción de carne, son metabolizadas con más facilidad y el gato necesita ingerir menos cantidad. La calidad de los ingredientes está también relacionada con diversos problemas de salud.
¿Pienso o latas?
Este es otro de los eternos dilemas que acompaña la compra de comida para los gatos. Muchos veterinarios recomiendan una dieta exclusiva de pienso seco, otros reivindican la necesidad de introducir también latas, y finalmente otros defienden una alimentación basada fundamentalmente en comida húmeda. Lo más importante a la hora de la elección, no obstante, es la lista de ingredientes, que determinará la calidad del producto independientemente del sistema de procesado y presentación. Sin embargo, los alimentos secos y húmedos tienen ventajas e inconvenientes que debemos también sopesar:
El pienso es preferible a las latas porque:
El pienso es más barato y se conserva mejor, lo que lo convierte en un tipo de alimentación muy conveniente. Por el contrario, las latas son mucho más caras y se estropean enseguida una vez abiertas aunque se conserven en el frigorífico (los gatos más quisquillosos pueden rechazar por la noche una lata abierta por la mañana).
El pienso permite dejar el comedero lleno todo el día para que el gato coma cuando sienta apetito, por lo que es muy adecuado para aquellas personas que pasan muchas horas fuera de casa. La alimentación basada en comida húmeda requiere que alguien alimente al gato a unas horas determinadas, ya que no se puede dejar mucho tiempo al aire libre.
Existe una gran variedad de marcas y tipos de pienso de todos los precios y calidades para elegir. Sin embargo, hay menos variedad en latas, especialmente en latas de gama alta, que son caras y muy difíciles de encontrar (dependiendo de la ciudad y el país en el que vivamos).
El pienso ayuda a la prevención de problemas dentales. Al morder las croquetas de pienso, el gato contribuye a mantener su dentadura limpia. No obstante, esta afirmación no es universalmente aceptada, ya que algunos expertos señalan que la mayor parte de los gatos tragan las croquetas sin masticar y que la única forma de prevenir problemas dentales es con una higiene adecuada (cepillado de dientes y limpiezas bucales en el veterinario).
Los piensos secos tienden a tener menos contenido en grasas que los alimentos húmedos, por lo que ayudan mejor a prevenir la obesidad.
Las latas son preferibles al pienso porque:
La poca proporción de humedad es precisamente uno de los problemas que se han señalado de una alimentación basada exclusivamente en pienso seco. Los gatos, cuyo organismo está preparado para alimentarse de presas ricas en agua, pueden no beber lo suficiente si no se les proporciona hidratación a través de la comida. Un gato que beba poca agua puede estar predispuesto a padecer problemas de riñón y de las vías urinarias. Las latas contienen entre un 70 y un 80% de humedad, con lo que aseguran una adecuada hidratación aún en el caso de gatos que beban muy poco. Es importante, en cualquier caso, animar al gato a beber dejándole siempre agua fresca a su disposición.
Como ya se ha dicho, casi todas las marcas de pienso seco utilizan cereales como relleno y para dar consistencia a las croquetas. Una alimentación demasiado rica en cereales puede significar una dieta con más carbohidratos de los que los gatos pueden asimilar, predisponiendo a problemas de obesidad, diabetes y otros trastornos del sistema digestivo. También se ha señalado la responsabilidad de los cereales en algunas alergias alimentarias. En el caso de los alimentos húmedos, los cereales no son tan necesarios para dar consistencia, con lo que suelen ser alimentos con menos proporción de carbohidratos y, por lo tanto, más parecidos a las dietas naturales de los gatos en libertad.
Aparentemente, las ventajas del pienso seco son mucho mayores en número que las del alimento húmedo. Sin embargo, los dos elementos fundamentales a favor de la comida húmeda, en discusión entre los expertos, son tan importantes para la salud del gato que merecen una detenida consideración. Muchos especialistas en nutrición felina recomiendan una dieta mixta basada en un pienso de calidad acompañado de una o dos raciones de comida húmeda en la mañana y/o la noche.
¿Alimentación libre o controlada?
Dejar comida a disposición del gato todo el día o proporcionársela en cantidades controladas a horas fijas es una decisión que debemos tomar en base a sus patrones de alimentación. Los gatos están preparados para comer muchas veces al día en pocas cantidades, por lo que la alimentación “ad libitum” sería lo más recomendable. No obstante, hay gatos que comen compulsivamente por ansiedad, estrés, tras la operación de esterilización o simplemente por costumbre y sin ningún motivo aparente. La gran cantidad de gatos obesos que se encuentran en las consultas de los veterinarios es una señal de que no todos los gatos son capaces de administrar correctamente el alimento cuando disponen de él libremente. En estas circunstancias, y debido a los riesgos de la obesidad, será necesario controlar la cantidad de comida que el gato puede ingerir diariamente siguiendo las pautas marcadas en el envase y por el veterinario, así como utilizar, si es necesario, alimentos light. Es mejor repartir la cantidad prefijada en dos, tres o más tomas diarias (haciendo coincidir la última con el final del día) para evitar que el gato engulla la ración entera de golpe y pase hambre durante muchas horas. Es importante también no iniciar ningún régimen sin consultar antes con el veterinario, ya que si un gato deja súbitamente de comer puede padecer enfermedades graves como la lipidosis hepática felina.
Cambiar o no cambiar...
Otra de las dudas que se presentan es la de si es conveniente cambiar de vez en cuando de sabor o de marca, o si lo mejor es encontrar un buen alimento que les guste a nuestros gatos y serle fiel. Muchos gatos no parecen aburrirse de comer siempre el mismo alimento, por lo que la idea de la importancia de la variedad es a menudo una proyección del aburrimiento que a nosotros nos produce comer lo mismo, sea lo que sea, a diario. Otros, sin embargo, dejan de interesarse por el pienso que hace meses adoraban si es lo único que se encuentran siempre en el plato.
Por otra parte, tanto la fidelidad inamovible a un tipo de comida como el cambio constante pueden convertir en felinos caprichosos a nuestros gatos. El gato acostumbrado a comer un solo tipo de alimento de una única marca y siempre del mismo sabor puede negarse a comer otra cosa cuando lo necesita por prescripción del veterinario o si “su” comida deja de fabricarse repentinamente, cambia de fórmula o se ha agotado en la tienda. Por el contrario, el gato sibarita al que se le ofrecen varios tipos, marcas y sabores de comida al día o cuyo pienso cambia de semana a semana, puede también negarse a comer si por algún problema de salud tiene que limitarse de repente a su pienso dietético.
Hay un argumento más a tener en cuenta: el pienso “perfecto” que hemos encontrado, de calidad y al gusto de nuestro gato, puede tener algún exceso o defecto en determinada vitamina o mineral, por lo que no está de más cambiar de vez en cuando para compensar estos posibles desequilibrios.
Por todo ello, un término medio aristotélico podría ser en este caso el mejor consejo: es importante que el gato esté acostumbrado a cambiar de alimento, pero no tanto que rechace una dieta fija cuando deba hacerla. En cualquier caso, todos los cambios de dieta han de consultarse con el veterinario y realizarse paulatinamente, mezclando el alimento viejo con proporciones crecientes del nuevo hasta la sustitución total, ya que los cambios bruscos de alimentación pueden producir problemas digestivos.
Cuál es el mejor modo de alimentar a un gato con productos comerciales no es una pregunta, como hemos visto, que tenga una única respuesta correcta. La solución particular que cada uno adopte habrá de depender de las características de sus gatos (su edad, tipo de vida, estado de salud, gustos alimentarios, necesidades especiales...), el consejo del veterinario y, por supuesto, las posibilidades de su bolsillo.




http://www.migato.com/conocele/salud-gatuna-y-humana/alimentacin-comercial-en-los-gatos/

Historia de las razas de gatos

La cría de gatos con una finalidad estética comenzó a finales del siglo XIX en Gran Bretaña, o sea que es relativamente reciente. Desde ese momento el gato ya no es únicamente un animal "útil" como cazador de roedores y pequeñas alimañas, sino que se convierte en un animal cuyo principal fin es la compañía de los humanos.
Aunque la primera exposición se realizó en una casa particular, sin embargo oficialmente se considera que el origen de las exposiciones felinas fue la que se llevó a cabo en el Crystal Palace de Londres (foto de la izquierda) el 13 de julio de 1871. Desde esa fecha se siguieron celebrando todos los años hasta el 1936, cuando un incendio devastó el edificio, pero se trasladó la exposición al Olimpia Exhibition Centre, costumbre que sigue hasta nuestros días. En el año 1887, Harrison Weir, juez de la exposición del Crystal Palace, fundó el primer club felino del mundo, el Nacional Cat Club.
Al mismo tiempo, también a finales del siglo XIX se difundió la crianza de gatos en los Estados Unidos, celebrándose la primera exposición en los años 80 de ese siglo (que por cierto duró dos semanas), aunque la más importante, y la primera si la comparamos con las actuales, tuvo lugar en el Madison Square Garden de Nueva York en 1895.
La Fédération Internacional Féline (FIFe) nació París, en 1949, como resultado de la fusión entre la Royal Cat Society of Flanders (Bélgica), la French Cat Federation (Francia) y la Italian Cat Society (Italia), a instancias de la señora Marguérite Ravel, una francesa muy aficionada a los gatos. Esta fusión "no oficial" dio lugar a la Fédération Internacional Féline d'Europe (FIFE). En la primera exposición de la FIFE celebrada en París en 1949 se presentaron unos 200 gatos de Francia, Bélgica, Suiza, Italia y Holanda (en la del año pasado de Copenhague había casi 1400 llegados de todo el mundo).
El 10 de diciembre de 1950 se funda oficialmente la federación tras la celebración de su primera Asamblea General, donde se presentaron los estatutos y normas que la regirían. Poco a poco se fueron uniendo más federaciones de otros países europeos, hasta que en el 1972 se aceptó al Clube Brasileiro do Gato, con lo que la FIFE se expandía fuera de Europa y tuvo que cambiar su nombre. A partir de ese momento pasó a llamarse Fédération Internacional Féline (FIFe). Su sede se encuentra en Luxemburgo y sus idiomas oficiales son el francés, el inglés y el alemán. Actualmente la federación cuenta con cerca de 75.000 miembros, y se realizan al año unas 350 exhibiciones en todo el mundo, en las que participan unos 125.000 gatos.
En España, la primera asociación felina se creó en Cataluña, en el año 1983, con el nombre de ASFE (Asociación Felina Española), y al año siguiente organizaron la primera exposición en el recinto del Pueblo Español de Barcelona. Unos años después fue admitida en la FIFe, Federación Internacional Felina, de la que forman parte 39 organizaciones de 37 países distintos. Sus objetivos son convenir las normas de la crianza, presentar los estándares y las nuevas razas, difundir el amor por los gatos y mejorar sus características, siempre sobre la base del respeto por el animal y su máximo cuidado, y teniendo como norma la realización de esta afición sólo por la pasión que los gatos provocan en los criadores, y no por cuestiones económicas.
La verdadera historia de las razas de gatos comienza tras la exposición de julio de 1871 en el Crystal Palace, pues antes de esa fecha ni siquiera se había planteado que estos animales pertenecieran a diferentes razas, ya que el color del pelo y los ojos no tenían la menor importancia (excepto en la época medieval, en la que se tenía al gato negro como reencarnación del diablo), y aunque los gatos eran apreciados por mucha gente por su compañía, lo más importante era sin duda su utilidad como cazadores de pequeñas alimañas. En aquella exhibición de Londres se presentaron 167 expositores para unas 25 categorías de gatos, compuestas sobre todo por persas y europeos y clasificados por colores. Tres años después casi se dobló el número de participantes, y como dato curioso se puede decir que ganó un ocelote, al que presentaron como "gato salvaje o híbrido de gato salvaje y doméstico". A partir de estos momentos comenzó realmente el tirón de los criaderos y de las exposiciones felinas.
Con la difusión de la cría se fueron unificando criterios para definir las razas, y así hoy en día el término raza se aplica a "un grupo de individuos que presentan una misma morfología, un tipo de manto determinado y característico, una distribución del color o un origen geográfico común". También se han unificado los criterios de reconocimiento y aprobación de nuevas razas, las cuales aparecen por los siguientes procesos:
Mutaciones naturales: por ejemplo el manx.
Recombinación de genes mutantes: persa colourpoint.
Cruces: ragdoll, mau egipcio, tonkinés...
Aunque el número de razas felinas es mucho menor que el de perros (que anda por las 150, mientras que de gatos hay unas 40), su evolución ha sido tan rápida que incluso se pueden clasificar por su "antigüedad". Tenemos una docena más o menos de razas tradicionales, que se conocían antes del siglo XIX, cuando comenzó la verdadera cría de gatos, y que son el europeo, el siamés, el persa (foto sobre estas líneas: Misha), el abisinio, el chartreaux, el azul de Rusia, el Maine Coon (foto bajo estas líneas: Mohave), el bosque de Noruega, el korat, el sagrado de Birmania y el burmés (este último descubierto en 1939). Por lo tanto la mayoría de razas reconocidas actualmente son posteriores a 1950 (durante la Segunda Guerra Mundial se paralizó todo este tema), y a ello ha ayudado mucho el avance en la genética, que ha permitido a los criadores realizar cruces sin correr muchos riesgos.
Como en todos estos temas relacionados con la manipulación genética, ha habido y seguirá habiendo mucha controversia sobre el papel de los criadores, y se intenta al menos no hacer cualquier cosa indiscriminadamente. El gato, a diferencia del perro, no ha sufrido variaciones en su morfología general, debido a que las mutaciones naturales son menores en los gatos que en los perros o al menos no cambian la fisonomía general del felino. Por esa razón las razas felinas se diferencian principalmente por el color o longitud del pelo y el color de los ojos, mientras que en las razas caninas nos encontramos multitud de tamaños, además de colores. Afortunadamente nadie se ha atrevido a cambiar el tamaño o forma de los gatos, ya que se considera un perfecto modelo de belleza, y las normas de la FIFe apoyan este punto.
En cuanto a las razas en sí, la FIFe ha creado una clasificación en varias categorías según el manto y el origen de los gatos. Por tanto, las razas reconocidas por los organismos internacionales son las siguientes:

Categoría I. Persa y Exótico. La diferencia entre ambos es que los Exóticos tienen el pelo corto y los Persas lo tienen largo, pero por lo demás son iguales (tanto en estructura del cuerpo como en color de pelo y ojos).
















Categoría II. Gatos de pelo semilargo. Sagrado de Birmania, Maine Coon, Ragdoll, Siberiano, Angora Turco, Van Turco y Bosque de Noruega.



































Categoría III. Gatos de pelo corto. Es el grupo más numeroso. Cornix Rex, Devon Rex, Bobtail Japonés, Korat, Manx, Mau Egipcio, Abisinio, Bengalí, Burmés, Chartreaux (Cartujo), Azul Ruso, Somalí, Ocicat, Burmilla, Británico, Europeo, Sokoke, Sphinx, Snowshoe, etc.




































Categoría IV. Razas orientales. Balinés, Oriental Shorthair, Oriental Longhair, Siamés.
















Fuentes:


- El Gato, tomos 1 y 6. Ed. Planeta-DeAgostini, S.A., Barcelona, 1994.


- ASFE. Asociación Felina Española (http://www.asfe.net/)


- FIFe. Fédération Internacional Féline (http://www.fifeweb.org/


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miércoles, 24 de marzo de 2010

El lenguaje felino

Los signos que utilizan los gatos pueden ser de dos tipos principalmente:

- Signos de naturaleza fugaz: mímica, gestos, voces.
- Signos de naturaleza perdurable:marcas de olor, principalmente.

Hasta hace poco tiempo se pensaba que los gatos eran animales asociales y solitarios, y existía la duda de para qué necesitaba un sistema tan completo de comunicación. Sin embargo, la etología actual expone que los gatos, sobre todo los domésticos, no son esos seres solitarios que se pensaba, y que el hecho de que su domesticación fuese por voluntad propia y no forzosa ha determinado la creación de una organización social compleja, en la que se incluye el lenguaje intra e interespecífico (entre gatos y con otras especies). Recordemos que en el antiguo Egipto los gatos fueron aceptados gracias a sus habilidades como cazadores de pequeños animales dañinos para el hombre (ratones, serpientes...), por lo tanto no fue domesticado a la fuerza, sino que fue alimentado y cuidado con el fin de obtener de él un beneficio.
No obstante, incluso los tipos más salvajes, no sólo de felinos, sino de cualquier otra especie animal, necesitan entenderse para procrear o defenderse. Por lo tanto, la capacidad para crear e interpretar los signos es innata en todos los animales.

Mímica
El gato posee un buen número de músculos en la cara que le permiten realizar gran cantidad de gestos combinándolos con movimientos de orejas, bigotes, pupilas y pelos. Por ejemplo, las orejas dirigidas hacia delante indican un interés amistoso y diversos grados de interés según dirija los músculos de la frente hacia arriba o hacia el centro. Las orejas levantadas y dirigidas hacia atrás indican una amenaza de ataque; en este caso, ladea la cabeza ligeramente y fija su mirada intensamente en el contrario. En el caso de que las doble hacia atrás y los lados está señalando su disposición para la defensa, miedo y huída. Si el miedo es intenso, además de replegar las orejas, los músculos de las mejillas dirigen los bigotes hacia abajo y hacia la garganta, agitándolos.
La disposición de los bigotes en forma de abanico también se encuadran dentro de este grupo de expresiones. Si los tiene hacia los lados y poco extendidos indican tranquilidad, placer, buen humor e incluso indiferencia. Los bigotes extendidos hacia delante y vibrando señalan tensión y actividad inminente. Si están replegados hacia atrás, es señal de timidez y retraimiento. Las pupilas estrechas expresan tensión, gran interés y amenaza agresiva, y las dilatadas indican miedo, sorpresa y defensa, aunque aquí el problema principal es que la modificación de las pupilas depende de la cantidad de luz ambiental, con lo que es posible que no distingamos bien si el gato está excitado. Aún así, se pueden diferenciar algunas señales básicas. Las pupilas dilatadas indican una emoción creciente o bien que tiene hambre. Por tanto, se agrandan tanto en una situación agradable como en una amenazante. La apertura de los párpados también expresa el estado de ánimo. Los suele abrir mucho ante los extraños, indicando un estado de vigilancia, mientras que en una situación controlada y relajada, como por ejemplo ante su dueño, suele mantenerlos entreabiertos. En cuanto a la mirada fija, claramente los gatos perciben ésta como un síntoma de amenaza, por lo cual suelen volver la espalda ante unos ojos que le observen fijamente. El bostezo no tiene el mismo significado que en los humanos, sino que indica principalmente que todo va bien y el gato se encuentra tranquilo. Hay dos movimientos de los labios que son característicos de los felinos: el "flemen" y el gesto defensivo de los grandes felinos. El flemen es una curiosa expresión del rostro que se produce ante determinados estímulos olfatorios. El gato abre ligeramente la boca y eleva la nariz y el labio superior, produciéndole unas arrugas características en la zona que parecen indicar que algo le da asco. Sin embargo, se trata de todo lo contrario, ya que es un momento de intenso placer en el gato. Este gesto está relacionado con el órgano de Jacobson, un segundo órgano olfatorio que se encuentra muy desarrollado en el gato y que otras especies como los monos o el hombre han perdido. El segundo movimiento de los labios en felinos es denominado "gesto de turbación", y hasta la fecha sólo se ha observado en grandes felinos, aunque puede que en los gatos sea tan imperceptible que no haya sido apercibido. Es muy parecido al flemen, con la diferencia de que la boca permanece cerrada, no arrugan la nariz y los labios se retraen mucho más, además de que se produce un lento balanceo de la cabeza. Es un gesto amistoso ante un congénere que se acerca a su vez de manera amistosa.

Gestos
Aquí se incluyen todos aquellos movimientos que se realizan con la cabeza, el tronco y las extremidades, incluyendo los movimientos de la cola y la capacidad para erizar el pelo. Si mantiene la cabeza ladeada, está indicando su disposición a un acercamiento. El gato que se sienta superior se acercará con la cabeza alta, y el de rango inferior la bajará un poco. La mímica acompañante aclara si se trata de un acercamiento amistoso u hostil.
Si un gato dobla las patas de atrás está demostrando inseguridad o miedo, pero si dobla las de delante se está preparando para un ataque. Si dobla las cuatro patas demuestra inseguridad y disposición para defenderse. Según los etólogos, el gato puede transmitir 12 señales con la cola. Si está recta, indica amistad. Si la eriza señala agresividad. Si la arquea, el gato está a la defensiva. Si la arquea sólo suavemente señala gran interés por el amo, sobre todo cuando le prepara la comida. Si agita la cola al aire fuertemente está en un estado de gran nerviosismo, incluso enfadado. A veces, el gato oscila la cola violentamente cuando observa un pajarillo detrás de una ventana. Este movimiento denota un profundo conflicto interior en el gato, que no sabe decidir si atacar a la presa ya o esperar un mejor momento. Esta última característica del lenguaje corporal del gato fue perfectamente descrita por el zoólogo y etólogo británico Desmond Morris: "La verdad es que el gato quiere hacer dos cosas al mismo tiempo, pero un estímulo bloquea el otro. Por ejemplo, si el gato maúlla de noche porque quiere que le dejen salir y la puerta se abre mostrando que fuera llueve a cántaros, el animal puede empezar a agitar la cola. Si se sumerge en la noche para permanecer un momento bajo el aguacero en actitud desafiante mientras se moja hasta los huesos, la cola se agitará aún más furiosamente. Por último, se decidirá: se precipitará a refugiarse en la comodidad de la casa o, a pesar de las condiciones climáticas, se pondrá valientemente a explorar su territorio. En cuanto el animal haya resuelto su dilema, en un sentido o en otro, su cola dejará inmediatamente de agitarse". En cuanto al lomo, si el gato redondea la espalda significa que desea ser acariciado, pero si la arquea mucho está muy irritado. Si el gato tiene miedo se le eriza el pelo de todo el cuerpo, pero si está dispuesto a atacar sólo eriza los pelos de la zona media del lomo y la cola. Los anglosajones denominan "Halloween" al gato que adopta una actitud defensiva. Éste, para impresionar a sus adversarios, eriza todo su pelo para aparentar ser más grande de lo que en realidad es.

Voces
El gato dispone de un amplio repertorio de sonidos para comunicarse en distintas situaciones. La gata en celo es capaz de mantener un verdadero diálogo con sus pretendientes. Las madres usan una serie de sonidos para comunicarse con sus crías. E incluso el gato usa unos sonidos específicos en su conversación con el ser humano, que no usa con los demás gatos. Todavía no se conoce con exactitud cómo funciona el aparato vocal del gato. Durante mucho tiempo se pensó que poseía una doble glotis, con dos tipos de cuerdas vocales: las superiores o falsas y las inferiores o verdaderas. Se creía que los maullidos se producían por vibraciones de las cuerdas inferiores, y el ronroneo por las superiores. Pero esta teoría ha sido rebatida por otras que afirman que las cuerdas superiores son un replegamiento de la faringe, y por tanto no intervienen en la emisión de la voz.
Actualmente se piensa que el ronroneo se produce por la contracción rítmica de los músculos de la laringe, en el que interviene también el diafragma. El ronroneo aparece inmediatamente después del nacimiento, y es un signo de dependencia del gatito hacia la madre, que mediante este sonido puede reconocerlo. En el gato adulto es el recuerdo de una actitud infantil, que indica la subordinación al amo que le da comida. Expresa satisfacción y placer, y puede ser provocado incluso por una voz conocida, sin necesidad de contacto físico directo. Pero a veces denota un estado de ansiedad, miedo e inferioridad, e incluso gatos que están gravemente enfermos ronronean sin parar. Esto se debe a que el gato se nota en inferioridad de condiciones y está intentando tranquilizar a un posible enemigo, aunque algunos autores dicen que lo hace para expresar el alivio que le produce la presencia de una persona conocida. El ronroneo es una forma de expresión única en los felinos. Pero también usan otros sonidos en su lenguaje. Por ejemplo los murmullos. Este sonido se produce manteniendo la boca cerrada, y es el más usado por los gatos, especialmente en la comunicación intraespecífica. Además del ronroneo y de los "murmullos" producidos con la boca cerrada, el gato dispone de un enorme conjunto de sonidos que se dividen en dos categorías. En la primera se incluyen los maullidos emitidos con la boca abierta y luego inmediatamente cerrada. A estos se les llama "vocales". Constituyen el auténtico vocabulario del gato, y tienen una gran variedad de sonidos y modulaciones de voz. Cada maullido es un mensaje perfectamente identificable. En la segunda categoría están los sonidos de mayor intensidad, que suelen utilizar sobre todo para comunicarse con los demás gatos y que están relacionados con mensajes de urgencia. Son por ejemplo, el gruñido del macho que ataca, el bufido del gato amenazado... Según algunos estudiosos, el bufido intentaría despertar en el gato agresor (al que se enfrenta el gato amenazado) el atávico miedo a las serpientes venenosas. La expresividad de los gatos depende en parte de su raza. Mientras los siameses son considerados de los más charlatanes entre los felinos, las razas de pelo largo son relativamente silenciosas. Pero en esto influye mucho la estimulación ambiental que tenga el gato. Mientras más se le hable al gato, más desarrollará su capacidad de comunicación.

Señales Olfatorias
Desde que nace, el gatito tiene un sentido del olfato muy desarrollado que le sirve de contacto con su madre, ya que nace sordo y ciego. En ello influye sobre todo la presencia de un órgano que sólo tienen los gatos, los perros y los conejos: el órgano de Jacobson. Se trata de un minúsculo conducto que parte de la bóveda del paladar, y que posee doscientos millones de células sensoriales especializadas. Este órgano permite que el gato reconozca las sustancias químicas presentes en el aire y las clasifique y diferencie correctamente. Los gatos, además de poseer su propio olor corporal, como todos los mamíferos, poseen una serie de glándulas cutáneas que segregan sustancias aromáticas. Estas glándulas se encuentran en las mejillas, la barbilla, la planta de los pies, el dorso, la raíz de la cola, además de las glándulas anales y genitales. En los grupos de gatos estas sustancias aromáticas se comparten entre todos los miembros para establecer la pertenencia al grupo. Para ello se utilizan unas formas de contacto muy características, como el roce de cabezas, de dorsos, frotarse con un poste, pasar el lomo bajo la barbilla de un compañero, etc. Como vemos, estas también son formas de comunicación. De esta manera, los gatos saben si hay algún intruso en el grupo. Esto también ocurre en los gatos domésticos. Nuestros gatos, aunque convivan solos con humanos, tienen la costumbre de impregnar toda la casa y sus habitantes con su olor. Así, cuando caminan por la casa suelen hacerlo rozándose con las esquinas de las paredes, los muebles o las piernas de los humanos. Este comportamiento es muy característico a la hora de prepararle la comida. Tanto en el caso de gatos domésticos como de gatos callejeros, cuando solicitan su comida (bien a su humano o a su madre gata) suelen pegar el flanco contra las piernas del humano o contra el cuerpo de la gata y rodearlos con su cola. De esta manera impregnan con la sustancia olorosa desprendida de la base de su cola a su madre gata o "sustituto humano", demostrando de esta manera su dependencia hacia ellos. Lo mismo se puede decir de los roces de sus cabezas contra la cara, manos o cualquier otra parte del cuerpo de su humano. Es su forma de decirnos que nos aceptan en su grupo, pues una cosa muy curiosa en los gatos es que nos consideran también como gatos. Por tanto, su comunicación gestual con nosotros es idéntica a la que utilizan con sus congéneres. El único rasgo distintivo del lenguaje felino en relación al humano es la utilización del maullido, que sólo usa con éste y no con los demás gatos.Los machos tienen otras dos formas de comunicarse mediante el olor. Una es dejando sus excrementos a la vista y la otra es marcando con orina en determinados sitios. Normalmente, todos los gatos, machos y hembras, entierran sus excrementos y orina, pero en los límites de su territorio los machos suelen dejarlos sin enterrar en lugares bien visibles, para hacer entender a los intrusos que se están adentrando en un territorio que no les pertenece. En cuanto al marcaje con chorros de orina, es característico de los machos, aunque también lo hacen algunas hembras. No obstante, los machos poseen un saco anal que segrega una sustancia olorosa muy desagradable para el olfato humano. El macho mezcla la orina con esa sustancia olorosa. Por lo tanto, el marcaje de las hembras no tiene ese característico olor de los machos. El mismo efecto que tienen estos marcajes con orina lo tienen también los arañazos sobre troncos de árboles. No se sabe a ciencia cierta si las secreciones de las glándulas que hay entre los dedos dejan señales olorosas, pero lo que es cierto es que estos arañazos son interpretados por otros gatos como demostraciones de fuerza. El gato que los produce no sólo se está afilando las uñas por necesidad, sino que indica a otros rivales que ese es su territorio, y de camino les enseña cómo son sus garras. El término "comunicación" es muy amplio, y durante mucho tiempo la arrogancia humana ha impedido observar que los animales también tienen un amplio vocabulario, aunque sea muy distinto del lenguaje conceptual humano. Sin embargo, entre el gato y el humano se produce una comunicación "natural" sin necesidad de aprendizajes de ningún tipo. No obstante, conviene conocer todos los aspectos del lenguaje de los gatos para que no se produzcan "malentendidos" entre ambas especies, cosa bastante normal, por otro lado. Los humanos que conviven con gatos suelen comprender perfectamente las necesidades comunicativas de sus mascotas, pero la cosa es más complicada de lo que a primera vista parece, pues en la práctica los gatos no utilizan una sola señal para decir algo, sino que suelen mostrar todo un conjunto de señales a la vez. La sensibilidad del humano y su disposición a "escuchar" a su gato es lo que hace posible que esa comunicación sea bidireccional.


Autora: Isabel Gil



Hablando en gatuno

El gato se comunica con nosotros y con sus congéneres a través de sonidos, señales y marcas que forman un código perfecto. Si nos centramos en los sonidos, en el “idioma” formado principalmente por las vocalizaciones que nosotros conocemos y paramos a escuchar detenidamente, encontraremos cientos de sonidos distintos que hacen que nos hagamos la eterna pregunta ¿qué estará diciendo?
Hoy sabemos que es posible aprender el idioma de los gatos, el idioma de las vocalizaciones. Esto lo logramos basándonos en el análisis de estos sonidos, haciendo un estudio del sonograma y fijándonos en detalles como por ejemplo, dónde pone el énfasis en el MIAU, o la frecuencia de sus ronroneos.
Las vocalizaciones que el gato utiliza para comunicarse con su propietario resultan de la referencia que él obtiene observando el comportamiento de su propietario, la forma en la que éste reacciona cuando el gato emite determinada vocalización. Una vez que nuestro gato sepa qué frecuencia de maullido debe emitir para conseguir lo que se propone, debido a nuestra reacción al oírla, se le quedará grabada de forma que la pueda utilizar cada vez que la necesite para utilizarla con nosotros.
Según estudios llevados a cabo por M. Moelk, el objetivo del gato se puede “adivinar” en función de la intensidad de pronunciación de las letras que forman el MIAU.
Una “M” muy marcada indica una intensa necesidad de contacto. Una “i” larga, señala dolor, e incluso angustia, una “a” larga demanda la necesidad urgente de algo, mientras que un pronunciado “ou” se interpreta como frustración, como el fracaso cuando el gato nos ha pedido algo: hay una hembra cerca, la huele, la oye, quiere salir y no abrimos la puerta. De esta forma podemos aprender a entender qué desea nuestro gato atendiendo a sus maullidos. Además podemos interpretar otros sonidos que a pesar de sonar cómicos al transcribirlos, forman también parte de su lenguaje y podemos analizarlos en sonogramas, como los “mhrm”, “purrr”, “aaaoaaa” que emite una madre cuando sus cachorros le reclaman atención y quiere calmarles.
El gato es una animal inteligente, esto se refleja en su forma de comunicación con los humanos. Repetirá tantas veces como haga falta un sonido determinado, hasta que consiga lo que quiere. Este maullido será diferente en función de lo que el gato demande. Los gatos han aprendido a lo largo del tiempo con nosotros, que encontramos agradables los sonidos de alta frecuencia y corta duración y esos serán los que empleen en su comunicación con los humanos.


Cristina Morales Romero
Titulada en psicología felina y canina. Especialista en conducta felina
www.psicologiaanimal.com

domingo, 21 de marzo de 2010

Feromonas felinas

LAS PRINCIPALES ETAPAS DEL DESARROLLO DEL GATO
El gato es un depredador de desarrollo rápido. Puede considerarse que su desarrollo comportamental finaliza a los tres meses. Se organiza en tres periodos:


1. El desarrollo sensorial y motor

Inicia durante el periodo prenatal, periodo durante el cual el gatito recibe muy precozmente informaciones sobre su medio ambiente: factores neuroendocrinos (7 semanas antes del parto) y estímulos táctiles (5.5 semanas antes del parto) que van a informar al feto sobre el estado emocional de su madre.

Estímulos gustativos también van a ser percibidos antes del nacimiento.

Estas conexiones aparecen extremadamente lábiles: en efecto, si no son estimuladas, desaparecerán y no volverán a formarse.

2. Apego y sociabilidad

El apego representa el lazo que se establece entre el individuo que materna al joven. La madre representa un polo de seguridad ya que su proximidad permite un contacto físico apaciguador. Irradiando alrededor de su madre es como el gato va a explorar su medio ambiente.

El lazo de la madre hacia el gatito se instaura durante la gestación. El apego del gatito con su madre toma lugar al final del periodo de transición y es roto violentamente por la madre al final del periodo de socialización.

El período de desapego puede presentarse bajo dos formas:
- si la madre es de nuevo gestante (gata que vive en medio rural), aleja brutalmente a los gatitos hacia la edad de 5 a 6 semanas. Los gatitos de estas camadas presentarán una baja sociabilidad.
- Sino el desapego será más tardío y más progresivo: ocurre entre las 8 y 12 semanas. Los gatitos presentan entonces una alta sociabilidad. Este desapego tardío es característico de las razas asiáticas (Siames y Abisinios).

El comportamiento de eliminación se adquiere progresivamente en función de etapas definidas

El primer mes: Micciones y defecaciones voluntarias desencadenadas por la madre mediante estimulación de la región perianal.

Hacia el día 30: primeras eliminaciones voluntarias, favorecidas por la ingestión de alimentos sólidos.

Hacia el día 35: el rascado del piso aparece; el gatito rasca pero en lugares distintos del lugar de eliminación.

Hacia el día 40: coordinación eliminación, rascado del piso; influencia determinante de la madre.

Entre el día 45-50 : eliminación en un solo lugar con entierro.

Hacia el día 60: comportamiento de eliminación adulto.



1. El gato:
Un animal territorial

El gato, a diferencia del perro, es considerado como un animal territorial, es decir infeudado a un territorio. Este territorio es por definición delimitado y defendido.

2. Los campos territoriales

Este territorio no constituye una superficie única delimitada por marcas olorosas sino que se descompone en múltiples parcelas funcionales en el seno de las cuales el gato organiza sus distintos comportamientos: son los campos territoriales.

Los distintos campos territoriales

a) Los campos de aislamiento: están representados por los sitios de descanso o refugio en enfermedad. Estos lugares están muy a menudo situados en altura con el objeto de sustraerse a cualquier contacto (DEFORET) [1]. El tamaño y el número de los distintos campos de aislamiento puede cambiar en función de variables ecológicas: así el número de gatos que viven sobre un mismo territorio condiciona la superficie ocupada por los campos de aislamiento.

b) Campos de actividad: entre los campos territoriales, se distinguen los campos llamados de actividad consagrados a una función comportamental precisa. Son los campos de depredación (aves, ratones), campos de juego, campos de reproducción, campos consagrados a la interacción con sujetos de otra especie. La tolerancia de un congénere sobre un campo territorial depende del tipo de actividad, claro esta, pero también del número de gatos que viven sobre el territorio. Así en los campos de juego, la presencia de los congéneres será tolerada. En los campos de reproducción en cambio, constituyen campos llamados de intolerancia : la presencia de un congénere conllevará al enfrentamiento (DEHASSE) [2]. También, en los campos de depredación, la presencia de un congénere será aceptada si la comida es suficiente (DEFORET) [1].


Las vías de paso

El territorio representa entonces una organización compleja compuesta de una multitud de parcelas. Estas parcelas están comunicadas entre sí por vías de paso immutables que el gato organiza el mismo en el transcurso de sus distintas actividades de exploración. La estabilización y la funcionalidad dek conjunto del sistema están aseguradas por una balística precisa en los límites de cada parcela.

Las marcas asociadas a los campos territoriales

La balística de los territorios es asegurada mediante marcas sensoriales (feromonas y marcas visuales) las cuales, según PAGEAT, son repartidas en tres categorías [3]:

Las marcas territoriales :
* rasguños;
* marcas dejadas mediante proyección de orina en la secuencia de marcaje urinario.
Estas marcas tienen por objeto señalar la existencia de un ocupante sobre los lugares. El depósito de feromonas urinarias es la consecuencia de una modificación del estado emocional. Cualquier excitación, sea positiva (ej.: excitación sexual) o negativa (ej.: ansiedad, ira), es susceptible de desencadenar un comportamiento de marcaje urinario.

Las marcas de alarma
Son liberadas por los cojinetes plantares, los sacos anales o glándulas sudoríparas en una reacción de miedo. Van a llevar al animal a no pasar por el lugar marcado.

Las marcas de familiarización
Son marcas feromonales apaciguadoras depositadas en particular por la glándulas de la frente sobre objetos del medio o seres humanos, explorados sin daño para el animal. La cosa marcada acaba siendo el objeto de apego ú objeto tranquilizante. Estas marcas feromonales corresponden a las feromonas faciales.



Las feromonas
El término feromonas ha sido definido por primera vez por Karlson y Luscher en 1959 [4]. Es la asociación de dos raíces griegas "pherein" (transportar) y hormán (excitación). Muy difundidas en el reino animal, rigen las comunicaciones en el seno de una misma especie. Así, las feromonas emitidas por un individuo van a orinetar, modificar los comportamientos de los individuos de una misma especie, incluyendo los del individuo emisor (caso de las feromonas de alarma).

1 El arte anterior
Entre todas las feromonas, son a no dudar las feromonas de los insects las que, a este día, han sido objeto de un mayor número de estudios. En las abejas, por ejemplo, las feromonas influyen de manera determinante la armonía social de la colonia. En efecto, la reina segrega mediante sus glándulas maxilares y algunas glándulas abdominales una feromona comúnmente llamada jalea real. Esta sustancia impide el desarrollo de los ovarios de las obreras y permite sostener en estas últimas comportamientos específicos de su casta. Impide también la construcción de otras células de la reina. Cuando la reina envejece, la secreción de jalea real disminuye firmando el final del dominio sobre las obreras y el abandono de la reina (BORCHERT) [5].
En las hormigas, varias feromonas con funciones varias han sido identificadas: permiten señalar un peligro (feromonas de alarma), dirigir miembros de la colonia hacia una fuente de comida (feromonas de pista), etc.
Por sus propiedades tractivas o repulsivas, las feromonas de insectos, conocen ya aplicaciones en el área fitosanitaria.

2 Las feromonas del gato
Los distintos trabajos de Verbene y de De Boer por una parte [6] y de Verbene y Leyhausen por otra [7] han permitido una primera aproximación de las propiedades de las feromonas faciales. Ss estudios experimentales han mostrado que las secreciones faciales, en asociación con las feromonas urinarias, informan los gatos machos de la receptividad de las hembras. El depósito de feromonas faciales es realizado por los dos sexos según una frecuencia propia a cada individuo. Estos investigadores han sido los primeros en evidenciar que las feromonas faciales poseen una función relacional. En efecto, los gatos parecen depositar feromonas faciales cuando se acerca un individuo reconocido y aceptado.


3 La percepción de las feromonas
Cuando un gato percibe feromonas adopta un comportamiento particular llamado por los comportamentalistas el "flehmen": levanta la cabeza, abre parcialmente la boca y se queda así inmóvil algunos segundos, el tiempo necesario para que las informaciones contenidas sean transmitidas al órgano vómero-nasal (ú órgano de Jacobson) que se abre atrá del arco incisivo (WOLSKI) [8]. El reconocimiento del mensaje recurre entonces a un órgano sensorial específico y el fenómeno de percepción es distinto del olfato clásico.


Las propiedades identificadas de las feromonas faciales
Las feromonas faciales han sido en lo particular muy estudiadas (PAGEAT) [3]. Poseen en resumen tres grandes funciones:

1 Función de ubicación espacial. Estas marcas son principalmente depositadas sobre objetos que delimitan la articulación entre una vía de paso y un campo territorial. Las encontramos también sobre los objetos "dignos de señalar" por el volumen o la estructura, al interior de los campos de actividad. Estas marcas parecen intervenir para facilitar los desplazamientos del gato.

DESPLAZAMIENTO DEL GATO
2 Función relacional
. Cuando los gatos comparten amplias porciones de su territorio, existe un verdadero marcaje recíproco que contribuye en crear un "olor" de colonia. Cualquier nuevo individuo es identificado por la discordancia del mensaje feromonal emitido.


RECONOCIMIENTO DE LOS INDIVIDUOS CONOCIDOS
3 Función de estabilización emocional.
Cuando un gato es introducido en un medio desconocido, rico en objetos varios, tiene tendencia muy a menudo o a replegarse en una esquina o a efectuar secuencias de marcaje urinario (tipo de marcaje con fuerte componente emocional). El empleo de compresas estériles impregnadas de feromonas faciales recolectadas sobre el gato, posteriormente depositadas en lugares dignos de señalar ha permitido evidenciar:
- las propiedades de apaciguamiento emocional de las feromonas faciales. El gato presenta un comportamiento exploratorio normal.
- las propiedades antagonistas del marcaje urinario. Ausencia de proyección de orina.
Esta propiedad ha sido demostrada cualquiera sea el tipo de marcaje, sexual o reaccional, después de una modificación del medio ambiente. El empleo de compresas estériles impregnadas es eficaz pero presenta numerosas coerciones para los propietarios de gatos.

* APACIGUAMIENTO EMOCIONAL
* ANTAGONISMO CON EL MARCAJE URINARIO Y LOS RASGUÑOS

Un descubrimiento:
El primer análogo estructural de las feromonas faciales (comercialmente el producto se llama FELIWAY)
Las feromonas presentan una estricta especificidad de especie. Rigen las comunicaciones en el seno de una misma especie. En el mamífero, la complejidad de las feromonas es asegurada mediante la asociación de muy numerosos compuestos cuyas proporciones varían en función del individuo, de su sexo, de su edad y de su estado emocional y fisiológico.
Las feromonas faciales pueden contener y entonces transmitir varios tipos de mensajes. Parece a priori iluso esperar aislar la molécula que permita reproducir un mensaje preciso y comprendido por el animal.
Este descubrimiento de un análogo estructural reproduce un mensaje reconocido por el conjunto de los gatos, cualquiera sea su sexo, su edad, su estado emocional y fisiológico. Reproduce las propiedades de estabilización emocional de las feromonas faciales del gato por lo que puede emplearse:
- en cualquier circunstancia de marcaje urinario cualquiera sea el origen (marcaje urinario de origen sexual o reaccional).
- en el marcaje por rasguños.
- para tranquilizar al gato en un lugar desconocido (nueva casa, vacaciones....) o considerado estresante (jaula, cesto, carro...).



REFERENCIAS
[1] DEFORET C. Marquage territorial chez le chat: des signes a décrypter et a traiter. Semaine Vétérinaire no. 773 du 15-22 avril 1995.
[2] DEHASSE J, DE BUYSER C. Socio-ecologie du chat. PMCAC, 1993,28,pp 469-478
[3] PAGEAT P. Rapport d'essai clinique sur la fraction F3 de la sécrétion faciale du chat. Communication personnelle, 1995.
[4] P. KARLSON y M. LUSCHER. Pheromones: a new term for a class of biological active substances. Nature, 1959, 183, 55-56.
[5] BORCHERT A. Les maladies et parasites des abeilles. 1970, VIGOT Freres Editeurs, Paris, pp 7.
[6] VERBERENE G, DE BOER J.N. Chemocommunication among domestic cats. Z. Tierpsycol., 42, 86-109.
[7] VERBERENE G, LEYHAUSSN P. Marking behavior of some Viverridae and Felidae: time interval analysis of the marking patern. Behavior, 58; 192-253
[8] WOLSKI T.R. Social behavior of the cat, Symposium on animal behavior, published in Veterinary Clinics of North America, Vol 12, 4, 1982.





Fuente:



http://www.mismascotas.cl/comportamiento/feromona/feromona.htm



sábado, 20 de marzo de 2010

La obesidad en los gatos

La forma más frecuente de malnutrición entre las mascotas del Reino Unido y de España es el consumo excesivo de calorías que conduce a la obesidad. Se estima que entre un 25 y un 30 por ciento de los gatos están obesos. Se considera a un gato “obeso” cuando su peso supera en un 20% su peso óptimo, debido a una acumulación excesiva de grasas. Un gato presenta “sobrepeso” cuando su peso supera entre un 1 y un 19 por ciento su peso óptimo. Idealmente, los gatos deberían ser alimentados en cantidad suficiente para mantener su peso ideal. Estudios realizados a largo plazo demuestran que tanto la obesidad como la delgadez excesiva acortan la esperanza de vida.

Medición de la condición corporal
El peso corporal puede ser usado para saber si un gato ha ganado o perdido peso. Para determinar cuál es el peso ideal de un gato hay que tener en cuenta su edad y raza. Por ello se usa habitualmente una escala de puntuación de la condición corporal llamada Body Condition Score o BCS en inglés. Esta escala puntúa la condición corporal del gato de 1 a 9, siendo 1 el valor para un gato emaciado, 5 el peso ideal y 9 el valor para un gato obeso. Un gato se considera obeso cuando sus costillas son difíciles de palpar debido a que tiene una gruesa capa de grasa recubriéndolas, tiene una capa de grasa de moderada a gruesa recubriendo todas sus prominencias óseas, tiene una falda “péndulo” (tiene una gran masa de grasa en la parte inferior del abdomen ) y no tiene cintura. Cuando se le observa desde el aire, la espalda esta ensanchada (ver foto).

La obesidad representa un riesgo para la salud
La obesidad aumenta los riesgos de padecer muchas enfermedades y también su progresión (ver cuadro tabla).

Factores de riesgo para desarrollar obesidad
El aumento de peso se produce cuando un gato tiene un “balance energético positivo” durante un período prolongado de tiempo, es decir, cuando ingiere más calorías de las que gasta. La energía en exceso es almacenada en forma de grasa. En la mayoría de las ocasiones el cuerpo es capaz de regular la ingesta de energía para que sea pareja con la energía que se usa, manteniendo la condición corporal alrededor de su “punto óptimo”. No obstante, algunos factores pueden alterar este punto óptimo y predisponer el gato a que gane peso.

Los gatos de pura raza tienen menos tendencia a ganar peso que los domésticos o europeos. Los gatos esterilizados tienden a ganar peso más fácilmente que los enteros. Cuando un gato es esterilizado sus necesidades energéticas disminuyen en un 20 por ciento, por lo que los gatos esterilizados requieren menos energía para mantener su peso que los gatos enteros. La actividad física contribuye de manera muy importante a las necesidades energéticas de un individuo. Los gatos que ejercen poca actividad física o que tienen restringidas sus posibilidades de realizarla están sometidos a mayor riesgo de ganar peso que los gatos activos. Los gatos enteros tienen tendencia a deambular. Al esterilizarlos, su deseo de deambular disminuye y la actividad física llevada a cabo por el gato también.

La edad del gato también está relacionada con la prevalencia de obesidad. Los gatos menores de 2 años tienen menos posibilidades de estar obesos, mientras que los gatos de entre 2 y 10 años tienen menos requerimientos energéticos y por lo tanto ganan peso más fácilmente. Los gatos geriátricos (gatos mayores de 10 años de edad) suelen tener un peso por debajo del peso ideal.

Alimentar al gato con una dieta palatable y calóricamente muy densa predispone a los gatos a que coman en exceso y favorece la obesidad, especialmente si estas dietas son administradas ad-libitum o si se usan como “premios” de una manera excesiva. Además, algunos medicamentos pueden predisponer a los gatos a ganar peso, bien aumentando el apetito o disminuyendo la velocidad del metabolismo. Medicamentos asociados frecuentemente con el aumento de peso son los corticoides (como la prednisolona), la amitriptilina o la ciproheptadina.

Tratamiento de la obesidad
Es peligroso que los gatos obesos pierdan peso rápidamente debido a que les predispone al desarrollo de lipidosis hepática, una enfermedad del hígado potencialmente fatal en la que se deposita grasa en el hígado debido a un cambio en el metabolismo durante períodos de ayuno. Lo ideal es que la pérdida de peso sea gradual y regular; puede necesitarse hasta un año para devolver a su peso ideal a un gato con obesidad grave. Su veterinario diseñará un programa de pérdida de peso que combine una dieta adecuada, un plan de ejercicio físico y una monitorización cuidadosa. Cuando estamos en contacto diario con un gato obeso es muy difícil notar la pérdida de peso. Las visitas regulares a su veterinario para pesar a su gato sirven para asegurarse de que no pierde peso de manera demasiado rápida.

Los gatos son carnívoros estrictos y, a diferencia de humanos y perros, necesitan carne en su dieta para sobrevivir. La dieta natural del gato son mamíferos de pequeño tamaño, lo que constituye una dieta alta en proteína y baja en hidratos de carbono. Para que puedan perder peso, las dietas veterinarias diseñadas para los gatos tienen un contenido alto en proteína y bajo en grasa e hidratos de carbono. Estas dietas permiten al gato perder peso a partir del exceso de grasa corporal, pero manteniendo su masa muscular.

Además de una dieta adecuada, se puede animar a su gato a realizar ejercicio aumentando el tiempo que pasa jugando con él, o animándole a moverse por la casa (subiendo y bajando escaleras con la ayuda de un arnés si es necesario, trasladando el plato de la comida a distintos puntos de la casa…).

Manteniendo el peso óptimo
Una vez que su gato ha alcanzado su peso adecuado es posible que necesite cambiar su dieta a una baja en calorías o “light”. Estas dietas han sido diseñadas para felinos poco activos, y no contienen tantas calorías como las dietas habituales de mantenimiento. Así como es difícil observar la disminución de peso en un gato con el que estamos todos los días, también lo es darnos cuenta de cuando esta ganando peso de nuevo. Es importante continuar con revisiones regulares para pesarlo y asegurarse de que la grasa no vuelve a acumularse silenciosamente.



¿Cómo saber si su gato está obeso?
1) Para realizar la evaluación, primero se palpan las costillas, deben sentirse y debe haber una cantidad moderada de grasa sobre ellas, pero las costillas se deben diferenciar bien a la palpación, si se observan las costillas a simple vista, el animal es demasiado delgado, si no se pueden "sentir" las costillas el animal está en sobrepeso.

2) Palpar la zona posterior por delante de la base de la cola, debe sentirse rellenito pero con la piel lisa, si se observan las puntas de los huesos de la cadera, el animal está demasiado delgado, si no se puede palpar ningún hueso, eso indica que existe sobrepeso.

3) También deben palparse las protuberancias óseas de la columna vertebral y hombros, igualmente, se debe sentir una delgada capa de grasa por encima de las partes óseas, si estos huesos se sienten fácilmente o son visibles, el perro o gato están demasiado delgados. Si no se sienten los huesos bajo la capa de grasa, el animal es, obviamente, obeso.

4) Observar el animal desde arriba, la "cintura" debe ser bien definida detrás de las costillas, si es demasiado profunda y se observan protuberancas óseas, el animal está demasiado delgado, si no existe "cintura", o más pronunciado, o sea desde arriba se observa como una "mesita ratona", el gato o perro es groseramente obeso.

Sí se observa al animal con mucho sobrepeso, consultar con el Médico Veterinario para que haga un control clínico y ver si el animal no padece ninguna enfermedad debido a la obesidad, también ver la posibilidad de comenzar una dieta adecuada dirigida por el profesional para una reducción de peso.

La obesidad puede favorecer las siguientes patologías:

* Diabetes mellitus
* Enfermedades hepáticas
* Alteraciones cardiocirculatorias
* Alteraciones articulares
* Mayor susceptibilidad a infecciones
* Alteraciones dermatológicas
* Dificultad respiratoria
* Predisposición al golpe de calor
* Trastornos reproductivos
* Mayor riesgo anestésico-quirúrgico
* Constipación
* Problemas visuales


miércoles, 17 de marzo de 2010

EL INSTINTO CAZADOR EN LOS FELINOS

Introducción
La prioridad número uno de cualquier especie animal es la obtención de alimentos para su subsistencia, en los carnívoros y especialmente en los felinos que son carnívoros obligados o exclusivos, esta supervivencia está basada en la caza (predación) de presas vivas. Dentro de las 37 especies de felinos existentes, se manifiestan distintas modalidades predadoras; la mayoría utiliza la táctica del acecho, mientras que unos pocos la captura a la carrera; también se diferencian en especies que cazan grandes y pequeñas presas; algunas cazan en la selva, en el bosque o en la sabana y por último hay quienes cazan en distintos momentos del día (nocturno, diurno, crepuscular). El gato doméstico es un cazador nocturno de pequeñas presas.
Los felinos en general son predadores solitarios, lo cual indica que deben poseer una maquinaria altamente eficiente en el arte de capturar y matar a su presa, de lo contrario se vería seriamente afectada su supervivencia y especialmente su segunda prioridad o mandato biológico que es la perpetuación de la especie a través de la reproducción.
Esta condición de carnívoro obligado (basado en su metabolismo) hace que los felinos en sus diferentes especies, se encuentren en cualquier región del mundo al tope de cada sistema o pirámide ecológica; solo podríamos posicionar por encima de ellos al hombre moderno (acompañado de su tecnología).
Debido a esta condición de experto cazador es que el hombre acepta el acercamiento del gato en el antiguo Egipto y por lo mismo es que el felino tolera la presencia humana en beneficio de la gran cantidad de roedores a su disposición en los primitivos graneros de aquel entonces.
Técnica de Caza
Todos los felinos de acuerdo a su ubicación geográfica accionan en un determinado territorio, que funciona como su coto de caza, cada individuo hace una serie de marcaciones con su orina, heces y arañazos en los árboles para delimitar su territorio y evitar que otros congéneres se introduzcan en él.
Los gatos al igual que la mayoría de los felinos que cazan al acecho realizan un cuidadoso acercamiento a la presa elegida, este desplazamiento es lento, silencioso y en postura agazapada para evitar ser visto, las orejas se aplastan contra la cabeza lo que significa que está en máxima tensión y va a atacar en forma inminente. Una vez que ha llegado a una distancia prudente, realiza una corta carrera o directamente un salto sobre la presa, se apoya sobre los miembros posteriores y trata de asirla con las uñas y ubicarla en posición para hacer la mordida mortal, generalmente intenta clavar los colmillos en el cuello, entre las vértebras, tratando de cortar o lesionar la médula espinal para producir la parálisis de la víctima. Otras especies de felinos tratan de morder la garganta o el hocico para producir la asfixia de sus presas.


Aptitud predadora
Según P. Neville, "el cerebro del gato está altamente especializado para permitir que sobreviva como un cazador solitario desde muy temprana edad". En prueba de esto tenemos que el comportamiento predatorio no está acompañado de sonidos o lenguaje corporal que indique un trabajo en equipo, tampoco está relacionado con ningún tipo de emoción o sentimiento, ya que el objetivo es capturar, matar y comer y no puede estar supeditado a algún tipo de comunicación con la presa, y como vuelve a decir Neville, "es inútil que ésta trate de apaciguar al gato".
Características anátomo-fisiológicas
Los felinos en general poseen una cantidad de condiciones anatomofisiológicas que los hacen extremadamente eficientes en la cacería. Su sistema osteo-articular y muscular hacen un cuerpo ágil, flexible, rápido y con gran habilidad para saltar sobre la presa o correrla según la especie, una fuerte mandíbula con cuatro colmillos especialmente diseñados para hacer una mordida rápida y eficiente, y uñas retráctiles que permiten caminar en profundo silencio y sacarlas en el momento oportuno.
El sentido del oído y la vista están hiperdesarrollados en comparación al humano y son sus radares para localizar a la presa. El oído hace el primer contacto pudiendo localizar el lugar exacto del sonido de la presa si se encuentra a pocos metros de distancia. La visión frontal como la humana, le da al gato la sensación de profundidad (visión estereoscópica) que le indica la distancia exacta que lo separa de la presa, por otro lado la gran cantidad de bastones en la retina ( tres veces más que en el hombre), la gran abertura pupilar y la concentración de luz en la retina por el tapetum le dan una visibilidad nocturna extremadamente eficiente.
No obstante todo esto, el gato debe realizar varios intentos para lograr su objetivo, se ha visto que hasta el 80 % de las aves y el 50 % de los ratones puede escapar a un intento de captura.
Necesidad Metabólica
Comenté anteriormente que los gatos son carnívoros obligados, esto significa que deben comer una gran cantidad de proteínas y que además deben ser de origen animal. El gato necesita ingerir tanto aminoácidos como ácidos grasos llamados esenciales, que solo están en los tejidos animales y además no tienen un buen nivel de digestión de hidratos de carbono ni pueden aprovechar la fibra vegetal.
Otra característica es que su sistema gastrointestinal está conformado por un estómago relativamente pequeño y un intestino muy corto (apenas 2 metros) que están preparados para la digestión rápida de alimentos de alto valor energético (carne y grasa) y con un mínimo de residuo fibroso. Por último el metabolismo hepático necesita por su actividad enzimática un aporte constante de proteínas, lo cual es fundamental para la salud del gato.
Se ha observado que en condiciones naturales los gatos comen entre 6 y 10 ratones por día. Esto se traduce en cautiverio y con comida a disposición, en la ingestión de pequeñas raciones durante 12 a 20 veces por día. Sin duda, este comportamiento es totalmente contrario al que realiza el perro, que generalmente ingiere grandes comidas una o dos veces al día.
Lo genético y lo aprendido
Como todo comportamiento, la caza tiene una base genética que condiciona el acercamiento y la captura de la presa, estas acciones son instintivas y no necesitan ser aprendidas por el gatito. Otros aspectos como individualizar la presa, darle muerte y su posterior ingestión, aunque también están regidas genéticamente, son realizadas con mayor eficiencia luego del aprendizaje. La madre comienza a mostrar presas muertas a sus cachorros alrededor del primer mes de vida, luego les lleva presas todavía vivas y se las deja para que ejerciten la captura y por último entre los 3 y 5 meses les enseña a matar la presa, también en estos meses los cachorros comienzan a ejercitarse en la exploración del territorio de caza y al mismo tiempo los juegos entre los hermanos simulan las tácticas de persecución y captura.
Los gatos de vida libre consumen pequeños roedores, lagomorfos (conejos y liebres), aves, reptiles y peces según la disponibilidad de su zona de influencia y la experiencia que le transmitió su madre.

Agresión predatoria hacia el propietario
La agresión predatoria es la agresión más frecuente que puede producir el gato hacia las personas con las que convive. Este es un comportamiento considerado normal pero inconveniente para su propietario como podría suceder también con el arañado de muebles. En estos casos el gato considera que los pies u otras partes en movimiento del cuerpo humano son una presa y fiel a su instinto se desarrolla el reflejo de atacarla, generalmente se producen en lugares determinados de la casa y en algunos casos sólo con personas determinadas. Si esta situación se hace reiterativa y pone en peligro la integridad física de las personas de la casa, es necesario consultar con un Médico Veterinario especialista en conducta animal (Zoosiquiatría) para que indique el manejo indicado para la corrección del problema.

Conclusiones
En todo animal viviente existen dos mandatos biológicos básicos que son la alimentación y la reproducción, ambos son regidos por la carga genética de cada especie y tienen como fin mantener la vida del individuo durante un tiempo preestablecido en el cual puede llegar a reproducirse y perpetuar la especie, si solo uno de estos dos mandatos se interrumpen, la especie dejaría de existir, se extinguiría. Los felinos en general y el gato en particular son carnívoros obligados, y dependen de la materia prima nutricional animal para cumplir con esos mandatos. ¿Por qué estos animales tienen la "obligación" de matar para vivir ?. Creo que esto es sencillamente parte de la compleja estructura de la naturaleza y sus autocontroles que mantienen el equilibrio mientras el hombre no lo rompa.

Bibliografía
Gatti R.M.; El gato como animal de compañía y paciente veterinario. Complemento de la Revista de Medicina Veterinaria (SMV) Buenos Aires Argentina. Octubre 1998.
Manteca X.; Etología clínica veterinaria del perro y del gato.
Neville P.F.; De predador a mascota. XXIII Congreso WSAVA. Buenos Aires .Argentina. Octubre 1998.
Neville P.F. ; Comportamiento agresivo del gato y su tratamiento. XXIII Congreso WSAVA, Buenos Aires. Argentina. Octubre 1998.
Pageat P.: El desarrollo del gato. Temas de Medicina Veterinaria Anuario 2000. Buenos Aires -Argentina. Abril 2000.
Seidensticker J. Y Lumpkin S.: Felinos. Ed. Plaza & Janés. Barcelona 1992.
Tomado de:
Dr. Rubén M. Gatti
Médico Veterinario
Asesor del Pet Food Institute
Consejero del CPMV de Bs.As.
http://www.aamefe.org/instinto.html

martes, 16 de marzo de 2010

COMPORTAMIENTO FELINO I




Introducción

De todos los animales domesticados por el hombre, el gato es el menos doméstico. Es un animal que posee una gran adaptabilidad a todos los ambientes en los que le toca vivir, pero a su vez nunca pierde el espíritu de animal silvestre e independiente.
Tal vez sea por lo antedicho que el gato ocupa el 2* lugar en el mundo como animal de compañía de los seres humanos, especialmente de aquellos que habitan en grandes ciudades. Solamente en EE.UU. la población felina alcanza los 56 millones, lo que representa una relación del gato mascota cada 3,2 unidades familiares. En Inglaterra está casi a la par del perro como animal de compañía.
Estos datos hablan sobre el poder de adaptabilidad de los gatos, ya que esta razón junto con la necesidad del ser humano de tener algún contacto diario con la vida natural que alguna vez tuvo, son los responsables del hecho curioso de que una especie animal con un patrón de conducta tan distinto al del humano haya alcanzado tanta popularidad como los perros, quienes sí tienen un esquema social más parecido al del Hombre.


Generalidades sobre el comportamiento felino

Cuando se habla acerca del comportamiento de los animales domésticos de compañía se tiende a hacerlo sobre la base de las pautas de conducta de los perros y en forma accidental, esto lleva a englobar a los gatos domésticos dentro de las pautas del comportamiento caninas. Nada más lejano a la realidad, ya que los perros y los gatos tienen patrones de conducta diametralmente opuestos.
El gato no convive con el Hombre sino que permite que éste último esté cerca de él, dentro de su territorio y esto que parece un juego de palabras es la base fundamental para tener un gato como mascota, entenderlo y no tener que soportar problemas de malcomportamiento, que si bien aparecen en menor medida que en los perros, no dejan de producir una sensación de angustia en el propietario, y hace dificultosa la convivencia cotidiana.
Los gatos presentan un porcentaje menor de incidencia en problemas de conducta que los perros. Tal vez la explicación a este hecho se encuentre en dos razones fundamentales. La primera es que los problemas de conducta en gatos tienen un impacto legal, médico y económico menor para el propietario que los que genera un mal comportamiento canino.
La segunda razón y tal vez la de mayor peso, es que merced a su carácter naturalmente independiente, el gato ha conseguido escapar de muchas situaciones de orientación humana y a la mayoría de las presiones ambientales que el Hombre le ha impuesto a los caninos, siendo estas últimas las principales responsables de las alteraciones de conducta de los mismos.
El espíritu y personalidad del gato le ha permitido, aún viviendo en pequeños ambientes, mantener en gran parte su independencia y su estilo de vida particular.
Generalmente los tratamientos de las alteraciones de conducta felinas tienen altos porcentajes de éxito.
Para reconocer un problema de comportamiento felino previamente se debe conocer el comportamiento normal de esta especie.



Comportamiento felino normal

El gato es un animal básicamente asocial, que algunos autores lo definen como no completamente social; o sea que sé autoabastece, consigue su alimento en forma individual y tiene un territorio propio y exclusivo. En resumen, es un animal que está adaptado para realizar una vida solitaria.
Si bien lo antes dicho es cierto para la generalidad de los casos, observaciones hechas sobre gatos que viven en pequeños grupos han demostrado que existen algunos comportamientos cooperativos en los felinos domésticos.
Algunos autores hablan de los felinos como la especie que, conductalmente hablando se maneja como dos especies distintas, una social y otra asocial.
Cuando el gato es cachorro es un animal altamente social con su grupo (madre y hermanos) y al hacerse adulto se transforma en un animal asocial, de vida independiente, con todas las características antes nombradas.
Al nacer el gatito establece un fuerte vínculo con su madre y hermanos de camada, pero al ir creciendo va adoptando cada vez más una conducta independiente y no cooperativa, teniendo esta conducta su máxima expresión cuando el gato alcanza los 8-12 meses de edad, momento en el cual se produce la llamada Dispersión, que es cuando el gato se aleja de su familia y busca un territorio propio, y comienza su vida solitaria. Esto es válido para los machos, pues las hembras muchas veces quedan con su madre y hermanas y forman fuertes lazos afectivos.
Los gatos, luego de la Dispersión viven en forma individual y autoabastecida, pero dentro de una misma agrupación, algo así como la vida en un edificio de departamentos de un solo ambiente, donde sus habitantes son interrelacionan entre sí, pero no por eso realizan una vida cooperativa comunal. Dentro de este esquema cada animal tiene su espacio individual.
La principal expresión de contacto social felino son las famosas reuniones de vecindad, generalmente nocturnas donde, en un área neutral, los gatos de la zona se reúnen formando un círculo a una distancia de aproximadamente 4,5 mts. uno de otro.
En esta sociedad hay un gato macho jefe o mandamás y luego le sigue el resto de los animales
( Grupo intermedio) y por último algunos individuos llamados parias que son castigados por los demás y que por lo común terminan alejándose del grupo y llevando una vida aún más solitaria.
Este punto es importante en los casos que los gatos agreden a personas, generalmente su dueño, pues en algunos casos el gato ubica a su dueño en la categoría de paria y sin motivo aparente lo agrede cuando lo cree correcto y necesario. Es una alteración bastante frecuente y tal vez tenga su origen en la personalidad autoritaria de un gato, aunado a un inapropiado establecimiento de autoridad por parte del dueño durante la crianza o desarrollo conductal del animal.
Dentro del grupo Intermedio, los pleitos que se suscitan se solucionan en el momento mediante demostraciones de amenaza y/o peleas.
Por último para redondear esta reseña de las pautas de comportamiento social del gato habría que puntualizar la importancia de la Distancia social en esta especie.
Los gatos tienen un espacio individual, más o menos circular, con áreas delimitadas desde la periferia hacia el centro, donde el área de mayor tamaño es la llamada Extensión del hogar dentro de la cual se halla la Distancia de pelea, que es una línea imaginaria pero bien definida para el animal, la cual al ser traspasada por un gato extraño lleva al gato propietario del territorio a iniciar demostraciones de amenaza.
Dentro de la extensión del hogar existe un área más pequeña, el territorio propiamente dicho, que por definición es aquella zona o área que el animal defenderá activamente contra extraños de su misma especie.
Incluida en el territorio se encuentra la Distancia crítica que se entremezcla con la Distancia de pelea. El gato tendrá que estar desprevenido para permitir a un extraño llegar hasta su Distancia crítica.
Las áreas más cercanas al gato son las Distancia social y Personal. A éstas distancias sólo les es permitido llegar a gatos conocidos y con los que el propietario del territorio tiene una relación amigable, y a individuos de otras especies a las que el animal no tiene miedo por haber estado en contacto con ellos durante su etapa o período de socialización.
Toda esta explicación sobre las distancias y el territorio del gato que pareciera difícil de entender, es más entendible si lo pensamos en función de nuestra propia casa, ya que uno va a tener una actitud distinta si un extraño intenta entrar a nuestro jardín, de la que tendríamos si intentara entrar a nuestra casa propiamente dicha. Nuestro dormitorio, que sería el equivalente a las distancias personal y social del gato, es un área reservada, por lo general, a gente bastante allegada a nosotros.


Períodos de socialización en felinos domésticos

Otro tema importante, desde mi punto de vista, es el desarrollo conductal o comportamental del gato cachorro, el cual se divide en períodos, al igual que en los caninos.
Estos períodos son:
Neonatal o Infantil: Este período está caracterizado por los patrones de comportamiento ingestivo y de dormir neonatales, que son innatos y perfeccionados por la repetición y el reforzamiento de la conducta. Por ejemplo: Es innato que el cachorro repte hacia una mama (recordar que nacen con ojos y oídos ocluidos), pero al utilizar una mama le imprimen su olor y cada vez les resulta más fácil encontrar la misma. Obviamente es una etapa muy corta que abarca desde el nacimiento hasta la 2* semana de vida.

Transicional o Intermedio: Esta etapa es, como su nombre lo indica, una transición entre la etapa anterior y la siguiente. Abarca de la 2* a la 3* semana de vida, y es donde se observa la maduración de los patrones de conducta adultos, tanto alimenticios como locomotores y también se observan formas inmaduras de comportamiento social.

Socialización: Es el período más importante en la vida del gato. Esta etapa abarca desde la 3* semana de vida hasta la 9* semana, aproximadamente, y es el momento en el cual el gato está en contacto estrecho con otras especies (incluida la humana) y de tener experiencias positivas, o por lo menos no traumáticas con ellos, cuando llegue a adulto no les temerá ni intentará escaparles. En este período también ocurre la identificación de especies, lo cual le servirá para reconocer a otros felinos para que las futuras cópulas no sean un problema y también aprende a tolerar o aceptar a otros gatos en determinadas situaciones sociales. También es donde aprende a reconocer las especies a predar.
Por definición, la Socialización es el proceso por el cual un individuo forma un apego o lazo de estima para con los individuos, de su misma o diferente especie, con los que estuvo en contacto durante un tiempo limitado. De esta definición se desprende que un gatito que en este período estuvo en contacto con personas y tuvo experiencias positivas, reducirá a cero su Distancia personal y Social, permitiendo el contacto íntimo con las personas durante el resto de su vida.

Juvenil: Esta etapa sería el paso entre la infancia y la adultez, o sea la adolescencia y es importante pues el animal sigue teniendo capacidad de socializarse, aunque es más dificultoso que en la etapa anterior.
Existe una gran diferencia en esta etapa con el desarrollo conductal de los caninos, pues en los gatos este período es muy breve comparándolo con el de aquellos, los gatos tienen una adolescencia muy corta y pasan a la adultez casi en forma repentina y por lo dicho anteriormente de las distintas conductas sociales entre la infancia y la adultez, es fácil de imaginar la perplejidad que puede crear en un dueño que no conoce el tema, ver el cambio drástico de actitud de su animal.



Alteraciones del Comportamiento Felino

Con respecto a las Patologías del Comportamiento felino, se encuentran distintas clasificaciones de las mismas y también variados datos estadísticos de incidencia clínica de cada una de ellas. Esta diversidad de opiniones y datos quizás se deba a que los propietarios de gatos son más renuentes a llevar sus animales a un especialista en conducta animal y a que es más fácil sentimental y socialmente desprenderse de un gato-problema que de una perro con mal comportamiento.
A mi juicio, una clasificación bastante simple y completa de las alteraciones de la conducta felina es la realizada por la Dra. Voith, quien las clasifica en 7 ítems:
1- Comportamiento de Marcaje urinario
2- Micción y defecación inadecuada.
3- Agresión interespecífica (hacia otras especies, incluido el Hombre)
4- Agresión Intraespecífica (hacia otros gatos)
5- Alteraciones de la ingesta.
6- Hiperactividad.
7- Actividad de aislamiento.
Podría agregarse un 8* punto que sería el de Trastornos compulsivos o Conductas Estereotipadas.
El porcentaje de incidencia de cada una de éstas alteraciones también está marcado por la diversidad de datos al respecto. Particularmente me inclino por un trabajo realizado por el Dr. Mugford a partir de una muestra de 100 gatos presentados a consulta por problemas de comportamiento y de donde extrajo la siguiente tabla de incidencia:

Micción y defecación inadecuada 31 %
Agresión en sus distintas formas 26 %
Marcaje urinario 23 %
Automutilación (conducta estereotipada) 7 %
Fobias y /o miedos varios 4 %
Alteraciones de la ingesta 3 %
Otras (excesivo lamido, arañado de muebles, etc. ) 6 %

En mi experiencia personal, las dos principales alteraciones que llevan a la consulta conductal son la Agresión hacia los dueños y el Marcaje urinario, pero esto puede no ser representativo ya que ambas entidades patológicas atañen directamente a los dueños, ya sea a su integridad física como a su calidad de vida, mientras que los demás problemas de conducta que pueden presentar los gatos, no son tomados como tales por los dueños y, por consiguiente, no son llevados a la consulta.


Breve reseña de las alteraciones del comportamiento eliminativo de los felinos


CONDUCTA ELIMINATIVA

No sería correcto hablar de Marcaje urinario como uno de los dos problemas más frecuentes de alteración del comportamiento felino, sino que se debe hablar de alteraciones de la conducta eliminativa de los felinos que involucra tanto a la micción y/o defecación inadecuada como al marcaje urinario.
Si bien el marcaje urinario presenta un índice menor de frecuencia de aparición en la práctica que el problema de la micción/ defecación inadecuada, es mucho más difícil de aceptar y molesto para el propietario, ya que como es un comportamiento generalmente de animales enteros y sobre todo machos, el olor que produce la orina en estos casos afecta mucho más la calidad de vida del dueño del animal de lo que lo afecta el hecho de que su gato no utilice adecuadamente la caja sanitaria.


Marcaje Urinario:

Es una conducta normal felina que en general es presentada por machos adultos enteros. Esta conducta usada para marcar el territorio es más frecuente cuando conviven con hembras enteras adultas y se acentúa aún más en los momentos en que en la “comunidad” hay una desorganización social, es decir cuando hay varios machos compitiendo por un mismo rango social. Es fácilmente diferenciable de la micción inadecuada porque el gato en el marcaje orina en forma perpendicular al objeto marcado, a una distancia de 30 cm del piso, en estación, con la cola erecta y no hay rascado posterior de la superficie, mientras que en la micción inadecuada el animal orina en un lugar no aceptable pero en posición agachada, con la cola baja y perpendicular a la superficie del suelo.
La principal diferenciación se hace en base a la cantidad de orina evacuada por el animal, siendo de aproximadamente 1 ml en el caso del marcaje y de unos 20 ml en el caso de la eliminación inadecuada.
Además de diferenciar entre ambas entidades, es importante descubrir el porqué del inicio de esta conducta. Los gatos suelen comenzar con el marcaje por alguna situación transitoria y luego de superada ésta, continuar con la aspersión. Los factores etiológicos involucrados además del factor hormonal, son: el ingreso de un nuevo integrante a la casa, mudanzas, algún castigo desmedido por parte del dueño, un gato nuevo en el vecindario que está marcando con orina en el exterior de la casa, etc.
El tratamiento indicado es la castración que elimina rápidamente el olor acre de la orina del gato macho entero, pero no extingue la conducta de marcaje en la totalidad de los casos; Es por eso que el manejo conductal del caso es importante y todo no se reduce solamente a indicar la castración del animal. Es importante aconsejar al dueño del animal que no castigue físicamente al mismo pues esto puede llevar a aumentar la conducta del animal y a perpetuar el problema por generar un deterioro en la relación dueño- gato. Es de ayuda el castigo remoto con rociador de agua ( consiste en rociar al animal en el momento en que realiza el comportamiento a corregir, sin que el animal tome conciencia de que fue su propietario quien lo castigo) y en los casos de que la aspersión siempre sea sobre un determinado objeto, puede ser una solución el colocar alrededor de éste, en el piso, algún material sobre el cual al gato no le guste caminar como por ejemplo papel de aluminio.
Otra opción terapéutica a utilizar en los casos en que la castración no haya funcionado, es la medicación con progestágenos en las dosis y frecuencia citadas anteriormente. Los datos estadísticos reportan un 30 % de éxito con el uso de estos últimos en los animales que no respondieron satisfactoriamente al tratamiento quirúrgico, lo cual convalida la importancia de conocer el origen de la conducta y no tomarlo como un problema de base hormonal exclusivamente.
La tractotomía olfatoria ha demostrado ser un tratamiento neuroquirúrgico exitoso ya que presenta un 50 % de éxito en los machos y casi un 100 % en las hembras, hablando del grupo de animales que hayan sido refractarios a las anteriores medidas terapéuticas.


Micción inadecuada:

En esta conducta son muchos los factores que contribuyen a la instalación de la misma. Como ya se ha dicho los gatos son animales muy sensibles a los cambios ambientales como ser: Aparición de otros animales o personas en la casa, mala relación con el dueño, mudanzas, etc.. y estos factores ambientales pueden originar esta alteración de conducta. Otra posible etiología es el desagrado del animal hacia el sustrato elegido como material sanitario por el dueño, o el cambio de ese material ( distinta marca comercial de la “piedritas”, cambio de aserrín o arena por las “piedritas, o viceversa, etc.) Otro aspecto importante a tener en cuenta como inicio de esta alteración es una mala ubicación de la caja sanitaria, la misma debe estar colocada en un lugar tranquilo, alejada de la zona de mayor circulación de la casa y lejos del lugar de alimentación o juego del gato.
Los gatos en general, son exageradamente pulcros y escrupulosos, pues esta condición surge de la selección natural y es una medida de adaptación de la especie a su hábitat ya que es la forma en que los felinos evolucionaron en el control de enfermedades principalmente parasitarias. Los gatos evitan los lugares contaminados con lo cual la mala limpieza de la caja sanitaria por parte del propietario lleva al animal a ensuciar en otro lugar y aunque luego se corrija esa actitud, el animal puede seguir sin utilizar la caja sanitaria aunque está se encuentre limpia.
Los gatos viejos principalmente, que siempre han usado la caja y de pronto comienzan a eliminar fuera de ella es muy probable que lo hagan por presentar un problema orgánico, por ejemplo, un gato con un episodio diarreico doloroso, una cistitis, una litiasis vesico uretral puede llevar al animal a relacionar el episodio doloroso con el sustrato sanitario o con la caja sanitario o lo más común con ambos elementos, y aunque luego se lo cure de la patología clínica el animal puede persistir con su asociación dolor - caja sanitaria y continuar con la alteración conductal.
Borchelt presentó una comunicación personal, donde acredita haber atendido un número desproporcionado de gatos Persas con problemas de eliminación inadecuada por no uso de la caja sanitaria y supone una influencia genética en este mal comportamiento.
Como se deduce de todo lo anteriormente citado, el tratamiento de elección es el correcto asesoramiento al propietario del animal - problema con respecto al manejo que debe hacer de la caja sanitaria ( ubicación, sustrato, limpieza ). Identificación exacta del origen del problema (mala relación dueño - animal, stress por cambios ambientales, problemas clínicos, elección errónea de ubicación y/ o material sanitario, etc. ) y reeducación del animal que consiste básicamente en no castigar físicamente al animal, desalentar al gato mediante castigo remoto cuando se lo encuentra ensuciando en un lugar inadecuado y recompensar la conducta adecuada. Con respecto a los productos comerciales conocidos como repelentes de gatos ( o perros ) en mi experiencia personal, jamás funcionan exitosamente.


AGRESIÓN EN FELINOS

Debido a que el gato fue el animal favorito para la investigación neurofisiológica, es que se sabe fehacientemente que la agresión es regulada por el lóbulo temporal, el sistema límbico y el hipotálamo. También se conoce que el cuerpo amigdaloide ejerce cierto grado de influencia sobre este comportamiento, pero sin duda alguna, es el hipotálamo el área neural primaria involucrada en el comportamiento agresivo, ya que estudios realizados muestran que al ir aumentando la estimulación eléctrica del hipotálamo aparecen las siguientes secuencias de comportamiento: alerta, midriasis, retracción de orejas, piloerección, siseo y protrusión de garras. Las reacciones agresivas de defensa pueden ser excitadas desde el hipotálamo mediante estimulación a la corta edad de 12 días de vida.
Los neurotransmisores dopamina, norepinefrina y acetilcolina, muestran una influencia estimuladora en la agresión efectiva, mientras que la serotonina tiene un efecto inhibitorio sobre la misma.
Hay casos fehacientemente corroborados que demuestran el involucro del hipotálamo en las manifestaciones aberrantes del comportamiento agresivo, particularmente, cuando existen tumores en su zona ventro-medial.
La agresión felina comprende distintas formas y se clasifica en:

Agresión entre machos:
Esta es la forma más común de agresión felina. La culpable de esta conducta es la Testosterona, que ya en la etapa prenatal masculiniza el cerebro del gatito.
En el animal adulto la testosterona es tomada selectivamente por la porción del cerebro que controla el comportamiento agresivo y también la hormona masculina es la responsable del engrosamiento dérmico del cuello de los gatos machos.
Los machos no sólo pelean por hembras para copular, sino también por territorios y rango social ( lo que le representa al animal superior prioridad de acceso a los llamados recursos críticos ). Si bien la castración tiene un 90 % de eficacia en la corrección de esta conducta, en la práctica es importante que el propietario del gato sepa que el mismo va a seguir escapándose por las noches, pues la conducta social de reuniones de vecindad no está regida por la testosterona, pero que sí se logrará que el gato no pelee tan frecuente ni salvajemente.
Tanto en los casos en que los propietarios no deseen castrar a sus gatos, como en el 10 % de gatos que al ser castrados no dejan de pelear es efectiva la terapia progestágena.

Agresión Territorial:
Machos y hembras castrados o enteros defenderán su territorio, independientemente de su estado hormonal. Esta es una conducta normal, pero se transforma en problemática cuando dos o más gatos conviven en una misma casa. La terapia progestágena es de ayuda durante un período de 2 o 3 semanas mientras se establece un nivel de tolerancia entre ellos. También la terapia ansiolítica puede resultar efectiva como por ejemplo el uso de las Benzodiazepinas ( tener siempre presente el posible efecto rebote que estas drogas pueden producir ) En mi caso particular prefiero el uso de Clonazepán al del Diazepán pues el primero permite su uso una vez al día y tiene un efecto hipnótico que no posee el segundo. La dosis que utilizo es 0.12 mg/tot una vez al día pero está dosis puede ser modificada según la idiosincrasia del paciente. Obviamente, la solución de este tipo de alteración dependerá del grado de hacinamiento al que estén sometidos los animales y al manejo que tenga el dueño sobre sus animales.

Agresión por miedo y/o dolor:
En general el gato al asustarse, su agilidad y tamaño hacen que no se genere una agresión, pues el animal escapa evitando la confrontación con la persona o animal que origina su miedo. La situación peligrosa se produce cuando el gato no encuentra una vía de escape. El dolor y el miedo son estímulos muy fuertes e importantes en el desencadenamiento de la agresión felina. Este tipo de agresión es la causa más común de mordidas y rasguños hacia los niños. No hay duda que el tratamiento obligado es el correcto manejo del animal por parte del propietario y el control de los niños principalmente.
Con respecto al dolor que producen las curaciones que se les debe realizar a un gato, al igual que en los perros la única forma de evitar que se genere una conducta agresiva por parte del animal es la correcta crianza del mismo y el manejo del dueño y la confianza que tiene el animal en su propietario. No existen soluciones rápidas ni mágicas y cuando un gato tiene conductas agresivas ante las curaciones que se les deben realizar, personalmente utilizo una mezcla de Acetilpromacina 0,2 ml con Clorhidrato de Ketamina 0,3 ml y dándoselo vía bucal a través de una jeringa, está mezcla me permite el manejo para curaciones rápidas o para realizar una anestesia intramuscular.

Agresión Aprendida:
Cuando un gato por alguna razón agrede o amenaza a otro gato, perro o humano y esto le proporciona alguna ventaja ( desde su óptica felina ) es altamente probable que repita esa conducta. Por ejemplo: Sí un niño tira de la cola a un gato y éste lo araña, el niño lo deja en paz e inclusive lo comenzará a evitar. El gato aprende que arañar o agredir al chico le dio un resultado favorable y es factible que lo vuelva a agredir aún cuando el niño no lo moleste, y puede ir más allá, generalizando la conducta a todas las personas de la casa. El tratamiento consiste en aplicar un castigo directo como es la mojadura con un rociador de agua en cada intento de agresión que presenta el animal y a su vez premiar con comida la conducta no agresiva. El castigo corporal está totalmente contraindicado en gatos pues genera un mal vínculo del animal para con quien lo castiga y genera mayor cantidad de problemas de conducta que los que resuelve.

Agresión redirigida:
Es otra forma de agresión que engloba a la agresión hacia las personas. Cuando el gato se frustra por no poder atacar al blanco que hace de estímulo para su agresión, atacará a quien esté más ceca, generalmente el propietario, quien distraído se acerca a acariciar a su animal justamente por que tal vez lo ve inquieto y el animal lo ataca rápida y decididamente. El ejemplo clásico es el del gato que está mirando a través de una ventana a otro gato de los alrededores y no tiene posibilidad de salir, el gato de la casa se inquieta y se frustra por no poder sacar al otro gato de su territorio y redirige su agresión contenida con quien se acerca a tocarlo, esta situación puede derivar en la llamada agresión aprendida si no es controlada y manejada a tiempo.
El tratamiento consiste en evitar la posibilidad de frustración del animal. En el caso de que la situación ya esté instaurada se debe desbaratar la agresión mediante la desviación de la conducta incitando al gato a tener otra actividad distinta a la de estar mirando por la ventana, esto se logra intentando hacer que el animal enfoque su atención en otra actividad. En casos más graves se puede utilizar el castigo remoto con un rociador de agua cada vez que el animal está en la ventana. Castigo remoto se refiere al castigo en el cual el gato no sabe desde donde y desde quien parte el castigo, intentando que asocie la ventana con la situación desagradable de recibir un chorro de agua. Obviamente que según la gravedad de la situación, siempre pueden ser auxiliares útiles los ansiolíticos.

Agresión Social felina:
Este es un tipo de agresividad mostrada por gatos adultos hacia un gatito recién incorporado al hogar. Esta conducta tiene su origen en el hecho de que la especie felina se comporta como si fuese dos especies distintas según la etapa de desarrollo en la que se encuentre el individuo. Cuando el gato es cachorro posee un patrón de conducta social, gregario hasta los 8 -12 meses de edad, momento en el cual ocurre la Dispersión y el gato adopta el comportamiento asocial típico del felino macho adulto, entonces cuando el gatito ( por su conducta social ) se acerca al gato adulto en el ejemplo que se plantea, éste lo agrede, pudiendo lastimarlo seriamente, ya que según la óptica del adulto el gatito no respetó las leyes básica felinas de las Distancias Social, Personal y Crítica. El problema se soluciona introduciendo 2 gatitos de la misma edad en la casa, pero generalmente esta no es una opción aceptada por el dueño, así que se le debe hacer saber que no puede dejar juntos a ambos animales cuando no están en un ambiente controlado o sea cuando están solos y que debe ser él, el propietario, el que debe cumplir el rol de compañero de juegos del gatito recién ingresado. Generalmente a las pocas semanas el gato adulto acepta al nuevo y cuando éste llega a los 8 - 9 meses el problema se soluciona pues ambos animales se manejan con las mismas pautas de conducta.

Agresión debida a problemas médicos:
Se sabe a ciencia cierta que una patología médica que produce en los gatos una conducta agresiva el Hipotiroidismo, por este motivo es que nunca debe olvidarse antes de la consulta conductal tener una seguridad sobre la salud clínica del animal problema. Las alteraciones clínicas es lo primero a descarta antes de realizar un Diagnóstico conductal.
Otra enfermedad clínica involucrada en conductas agresivas es la epilepsia. en muchos casos la conducta agresiva aberrante es un síntoma de una epilepsia subclínica.
Cualquier patología que produzca malestar al animal es potencialmente causal de una respuesta agresiva exagerada de parte del mismo.
Se han reportado cambios de personalidad en gatos luego de haberle sido realizada una anestesia general prolongada con barbitúricos, siendo la posible anoxia neural prolongada una de las posibles explicaciones sugeridas.
Por último, algunas publicaciones incriminan a los aditivos de los alimentos balanceados para gatos como causantes de agresión. Si bien no está debidamente documentado no se debe descartar esta posibilidad si en la anamnesis surge una coincidencia entre el comienzo de la conducta agresiva y el cambio o inicio de una dieta balanceada del animal.

Agresión Predatoria:
La caza supone un comportamiento compuesto que involucra al juego y a la agresión. Una variante de esta conducta normal es aquella situación en la cual el gato ataca los tobillos de las personas cuando están pasan junto a él. Nunca es una agresión peligrosa y se asemeja más a un juego que a una agresión, pero a muchos propietarios les produce molestia y / o miedo. Como el animal está persiguiendo a la presa que escapa la solución del problema es detenerse al sentir el ataque y desalentar al gato a mantener esta conducta. En los casos más graves que involucran a un propietario sumamente sensible y temeroso el mejor consejo es la utilización del castigo directo con agua por parte del mismo.

Agresión hacia personas:
Como se puede observar esta no es una alteración propiamente dicha, sino una consecuencia derivante de otras alteraciones conductales como la agresión por dolor, agresión redirigida, agresión predatoria, etc. En realidad al convivir con una familia humana el gato desarrolla todos los comportamientos que tendría para con otros gatos hacia las personas de su grupo social, tanto las conductas agradables ( juegos, afecto ) como las desagradables ( agresión).
El concepto más importante a recalcar con respecto a la conducta agresiva de los felinos es que por pertenecer a una especie asocial, el conocer y respetar su patrones de conducta específicos es más fácil llevar una convivencia agradable con ellos, y si uno logra que el propietario del animal entienda y acepte que el solo hecho de no fastidiar a su gato y permitirle cierto grado de libertad de decisión evitará grandes conflictos con el mismo, estamos actuando profesionalmente y solucionando y evitándole muchos problemas futuros.
Es importante recordar que el castigo con pistola de agua si bien no parece un método muy catedrático ni sofisticado es un método muy efectivo y que la función de un profesional es resolver el problema y no impactar al propietario con explicaciones grandilocuentes y aparatos sofisticados.


Bibliografía

Medicina y Terapeútica Felinas. Chandler Ed. Acribia
Feline Behavior: A guide for Veterinarians. B. Beaver Ed. Saunders
Readings in Companion Animal Behavior. Voith & Borchelt


(*)Médico Veterinario Especializado en Comportamiento animal - M.P: 6583 // e-mail: rbruno@arnet.com.ar
Profesor invitado Facultad C. Veterinarias de la Universidad Nacional del Centro de la Prov. Bs. As.


Materia dictada: Comportamiento animal
A cargo del Servicio de Comportamiento animal del Hospital Veterinario San Marcos S.A.
Miembro del staff de especialistas del Hospital Veterinario “Prof. Hutter”

fuente: