El gato se comunica con nosotros y con sus congéneres a través de sonidos, señales y marcas que forman un código perfecto. Si nos centramos en los sonidos, en el “idioma” formado principalmente por las vocalizaciones que nosotros conocemos y paramos a escuchar detenidamente, encontraremos cientos de sonidos distintos que hacen que nos hagamos la eterna pregunta ¿qué estará diciendo?
Hoy sabemos que es posible aprender el idioma de los gatos, el idioma de las vocalizaciones. Esto lo logramos basándonos en el análisis de estos sonidos, haciendo un estudio del sonograma y fijándonos en detalles como por ejemplo, dónde pone el énfasis en el MIAU, o la frecuencia de sus ronroneos.
Las vocalizaciones que el gato utiliza para comunicarse con su propietario resultan de la referencia que él obtiene observando el comportamiento de su propietario, la forma en la que éste reacciona cuando el gato emite determinada vocalización. Una vez que nuestro gato sepa qué frecuencia de maullido debe emitir para conseguir lo que se propone, debido a nuestra reacción al oírla, se le quedará grabada de forma que la pueda utilizar cada vez que la necesite para utilizarla con nosotros.
Según estudios llevados a cabo por M. Moelk, el objetivo del gato se puede “adivinar” en función de la intensidad de pronunciación de las letras que forman el MIAU.
Una “M” muy marcada indica una intensa necesidad de contacto. Una “i” larga, señala dolor, e incluso angustia, una “a” larga demanda la necesidad urgente de algo, mientras que un pronunciado “ou” se interpreta como frustración, como el fracaso cuando el gato nos ha pedido algo: hay una hembra cerca, la huele, la oye, quiere salir y no abrimos la puerta. De esta forma podemos aprender a entender qué desea nuestro gato atendiendo a sus maullidos. Además podemos interpretar otros sonidos que a pesar de sonar cómicos al transcribirlos, forman también parte de su lenguaje y podemos analizarlos en sonogramas, como los “mhrm”, “purrr”, “aaaoaaa” que emite una madre cuando sus cachorros le reclaman atención y quiere calmarles.
El gato es una animal inteligente, esto se refleja en su forma de comunicación con los humanos. Repetirá tantas veces como haga falta un sonido determinado, hasta que consiga lo que quiere. Este maullido será diferente en función de lo que el gato demande. Los gatos han aprendido a lo largo del tiempo con nosotros, que encontramos agradables los sonidos de alta frecuencia y corta duración y esos serán los que empleen en su comunicación con los humanos.
Cristina Morales Romero
Titulada en psicología felina y canina. Especialista en conducta felinawww.psicologiaanimal.com
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