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jueves, 4 de marzo de 2010

Ojos de gato


Los ojos del gato, profundos y luminosos, tienen un poder misterioso. La palabra egipcia utilizada para nombrar al gato era "mau", que significa ver.
Hasta hace poco tiempo, se pensaba que los gatos no distinguían los colores, sin embargo, recientemente se ha comprobado mediante experimentos, que si pueden percibirlos, puesto que su retina contiene conos y bastones, como ya ha sido demostrado. Pero lo más importante, es que los ojos del gato están sumamente preparados en otros aspectos. La sensibilidad a la luz de los ojos de los gatos, sobretodo en lo que se refiere a las longitudes de onda corta, es seis veces superior a la del hombre, y por eso se dice que el gato puede ver en la ascuridad. Aún cuando no puede ver en la oscuridad absoluta, posee detrás de su retina un tejido reflectante llamado "tapetum lucidum"que le permite distinguir lo que lo rodea, cuando la luz es tan reducida que impide la visión para el hombre y a otros animales menos dotados en este aspecto que los felinos .Además gracias a su finísimo oído y la sensibilidad táctil de sus vibrisas, puede moverse con total seguridad, incluso en la oscuridad absoluta.
El tapetum lucidum, que logra aumentar entre 30 y 50 veces cualquier rastro de luz, por pequeño que sea, es el que hace brillar en la oscuridad los ojos de los gatos, cuando los alcanza un rayo luminoso. La potencia visual del gato se ve favorecida también, por la gran adaptabilidad de sus pupilas, que son circulares cuando se abren al máximo en la penumbra para recoger la mayor cantidad posible de luz, y se reducen a dos finos hilos verticales a plena luz, cuando se contraen las pupilas. La luz demasiado fuerte, incluso para las pupilas contraídas,puede ser disminuida al cerrar un poco los ojos.
Los gatos también poseen visión binocular, es decir que parte del campo de visión de un ojo, es cubierto por el otro también, habilidad que es necesaria para la visión en tres dimensiones, que requiere todo animal cazador, lo cual le permite juzgar la distancia, profundidad y tamaño de su presa. La visión binocular puede variar según la raza, lo que determina la mejor disposición a la cacería de una raza más que de otra, por ejemplo, los siameses, cuya visión binocular no es tan pronunciada, no son tan buenos cazadores. Están dispuestos formando un ángulo de 10 a 15 grados ente ellos, lo que trae como consecuencia un gran campo visual binocular y una extensa vista panorámica que varía entre 250 y 280 grados.



A pesar de todas estas habilidades oculares, el gato nace sin poderlas utilizar, ya que sólo abre sus ojos a partir de 7 días de nacido, después de lo cual es cuando comienzan a aprender a interpretar todos los estímulos que entran por los ojos, y no llegan a dominarlos hasta transcurridas unas doce semanas, que es cuando sus ojos adquieren su color definitivo, que puede tener una amplia gama que va del amarillo y anaranjado hasta verdes o azules intensos.

Los ojos del gato funcionan como los humanos, pero, ¿cómo funciona los ojos? :Cuando la luz rebota en un objeto, se refleja en la córnea, el escudo transparente que recubre el ojo, y lo enfoca. La luz se filtra en el iris, la parte coloreada del ojo, a través la pupila. La pequeña pupila negra se amplía en la oscuridad para dejar entrar más luz, y se reduce cuando mayor es su intensidad. Los músculos del iris son los encargados de contraer y dilatar la pupila.(Haz click sobre la imagen para ampliarla)

La luz que penetra en la pupila pasa a la lente, una membrana que vuelve a enfocarla. Luego, cuando la luz prosigue su viaje hasta la cámara interior del ojo, choca con la retina, cuyas células nerviosas envían señales al cerebro a través del nervio óptico, y el cerebro registra una imagen. Estás viendo algo. Todo este proceso se desarrolla en una fracción de segundo.


La única diferencia entre los ojos del gato, es que los gatos poseen un estrato celular especial en la sección posterior de los ojos, llamado tapetum lucidum (en latín, alfombra brillante), logra aumentar entre 30 y 50 veces cualquier rastro de luz, por pequeño que sea, este refleja de nuevo la luz hacia las células de la retina, que en el caso de los gatos posee 200 millones de bastoncillos (células muy sensibles a la luz) frente a sólo 120 millones, en la especie humana, como si se tratara de un espejo. De este modo, en la penumbra, los ojos del gato captan la más leve cantidad de luz que puedan percibir. De ahí que su visión nocturna sea extraordinaria y que sus ojos sean tan brillantes al reflejar la luz en la noche.

Aún así, tampoco pueden ver cuando la oscuridad es absoluta. En una estancia a oscuras y sin ventanas, se ven obligados a recurrirá a otros sentidos como el olfato y al oído para intuir lo que sucede a su alrededor.Así como las pupilas de nuestros ojos reaccionan encogiéndose y reduciendo la cantidad de luz que penetra en su interior, las del gato son muy especiales, contrayéndose hasta convertirse en una línea y controlando con exactitud la cantidad de luz que entra en sus ojos. Las pupilas de los gatos adquieren la forma de estrechas franjas verticales, lo que les permite utilizar los párpados para ocultar una mayor o menor sección de dichas franjas. Este mecanismo hace que el gato sea uno de los animales capaz de controlar mejor la cantidad de luz que entra en sus ojos. En un día radiante, la reduce al mínimo y aún así ve a la perfección.El gato ve mal cerca, la visión del gato es óptima entre 2 y 6 metros, pero aun así detecta fácilmente, tanto de día como de noche, un ratón a gran distancia: una diferencia de luminosidad y el menor movimiento de su presa es suficiente para detectar su presencia.El precio que tiene que pagar para poder ver por la noche es que su retina es pobre en conos, fotorreceptores sensibles a los colores: el gato no distingue más que el azul, el verde y, posiblemente, el rojo y no distingue en absoluto los matices.

Enlaces:
http://www.mascotamigas.com/ojos_felinos.htm
http://www.gatosbotanico.com/modules.php?name=Content&pa=showpage&pid=39

Más enlaces interesantes:
http://www.planetacurioso.com/2007/02/05/ven-los-gatos-a-colores-o-en-blanco-y-negro/
http://www.telepolis.com/cgi-bin/web/DISTRITODOCVIEW?url=/1469/doc/salud/fascinantemundo.htm
http://www.mascotas.org/tag/vision-del-gato

lunes, 30 de noviembre de 2009

GATAS TRICOLORES Y TORTUGAS

Según la sabiduría popular, las gatas tricolores son símbolos de buena suerte: una gata tricolor en la casa trae fortuna al hogar según la tradición celta, y los marineros japoneses llevaban gatas tricolores en sus barcos para protegerlos de tormentas y malos espíritus. También se cuenta, no obstante, que John Ashcroft, fiscal general de Estados Unidos, cree que las gatas tricolores son encarnaciones del diablo y evita encontrarse con ellas. Más allá de mitos amables y perniciosas supersticiones, en este artículo se intenta descifrar el qué, el cómo y el porqué de las gatas más multicolores del universo felino.
¿Qué es un gato tricolor?
Un auténtico gato tricolor es aquel cuyo manto presenta al mismo tiempo estos tres colores, que son los colores básicos de los gatos, en sus versiones fuertes o diluidas:
naranja (también denominado rojo) o algunas de sus variaciones: canela, crema...
negro o algunas de sus variaciones: azul/gris, lila, marrón...
blanco
Si no tiene uno de estos colores, aunque presente diferentes tonos de negro o naranja, no será un auténtico tricolor.
¿Es cierto que sólo las hembras pueden ser tricolores?
La inmensa mayoría de los gatos tricolores son hembras. La razón se encuentra en que el gen que determina el color naranja y sus variantes está ligado al cromosoma X. Este gen se denomina O (de orange, es decir, naranja), y sus dos opciones son:
O (naranja): convierte el pigmento negro normal en pigmento naranja.
o (no naranja): permite que cualquier otro color --negro o sus variantes-- presente en el otro cromosoma se manifieste.
Dado que los gatos machos son XY, sólo heredarán un gen para el naranja, el de su madre, de tal modo que sólo podrán ser naranjas (si es O) o no naranjas (si es o).
Las hembras, sin embargo, son XX y heredan dos genes para el naranja, uno de su madre y otro de su padre, de tal modo que en las hembras se dan tres opciones:
OO: naranjas
oo: no naranjas
Oo: naranjas y no naranjas, es decir, tricolores

Aunque habitualmente el alelo dominante (O) silencia al recesivo (o) y no le permite manifestarse, esto no sucede así en el caso del gen para el color naranja, donde ambos alelos combinan sus esfuerzos posibilitando gatas que son a la vez naranjas y no naranjas (negras), en mayor o menor combinación con el blanco. Como las hembras son las únicas que tienen dos genes para el naranja, sólo ellas pueden ser auténticas tricolores.
Las gatas tricolores se engendran a partir de una de estas cuatro posibilidades de emparejamientos (teniendo en cuenta que “negro” y “naranja” incluyen todas las posibles variaciones y diluciones de estos colores básicos):
madre naranja (OO) y padre negro (o) = hijas tricolores (Oo)
madre negra (oo) y padre naranja (O) = hijas tricolores (oO)
madre tricolor (Oo) y padre naranja (O) = hijas naranjas (OO) o tricolores (oO)
madre tricolor (Oo) y padre negro (o) = hijas tricolores (Oo) o negras (oo)
¿Es posible encontrar un macho tricolor?
Aproximadamente sólo 1 de cada 3000 tricolores será macho, y sólo 1 de cada 10000 será un macho fértil, aunque a falta de datos fiables, estas cifras son simples aproximaciones. Los machos pueden ser tricolores por varios motivos distintos:
Anomalía genética: consistente en la presencia de más de dos cromosomas sexuales. Si un gato tiene tres cromosomas sexuales y estos son XXY, puede suceder que sea un gato tricolor. Muy a menudo, estos machos son estériles. Aún en el caso de que sean fértiles, no engendrarán más machos tricolores, a no ser que se reproduzca la anomalía y la combinación genética precisa.
Mutación somática: que produce manchas de negro en gatos naranjas, por procesos similares a las manchas de nacimiento o lunares en la piel de las personas.
Quimeras: individuos consituidos por la fusión de dos óvulos fertilizados distintos. Tanto si los embriones que se fusionan son ambos masculinos (XY/XY) como uno masculino y otro femenino (XY/XX), puede suceder que el gato tenga el fenotipo de un macho tricolor.
Hermafroditismo: se trata de gatos que genéticamente son hembras (XX), pero que desarrollan características externas de machos debido a desequilibrios hormonales durante el desarrollo fetal.
¿Cómo se forman las manchas de colores en las gatas tricolores?
La formación de las manchas de colores ocurre por medio de un proceso denominado “inactivación del cromosoma X”. Dado que las hembras tienen dos cromosomas X, inactivan uno de ellos en cada una de sus células en un proceso aleatorio que deja las células con un solo cromosoma X funcional (normalmente cerca de la mitad de las células inactivan el cromosoma X de la madre y la otra mitad el del padre).
En el caso del gen para el color naranja en las gatas, algunas células al azar inactivan el cromosoma que lleva el gen O, mientras que otras inactivan el que lleva el gen o. A medida que estas células se multiplican, se irán formando las manchas de colores dependiendo de cuál sea el gen que tengan activado. El manto de una gata tricolor muestra así las consecuencias de un mosaico de células, algunas de las cuales tienen activado el gen O mientras que otras tienen activado el gen o.
Las manchas blancas están causadas por otro gen distinto (el gen S, de blanco parcial, el mismo que actúa en los gatos bicolor), cuya expresión varía entre mantos que son blancos casi por completo y mantos con apenas unos pocos pelitos blancos. Un efecto de este gen en las gatas tricolores es el de controlar la distribución de los colores, es decir, si estos están entremezclados o aparecen en grandes manchas bien diferenciadas. Así, las gatas tricolores con muy poco o nada de blanco tienden a presentar los colores muy mezclados, mientras que cuanta más zona blanca tengan, más distintas y separadas serán las manchas de rojo y negro.
¿Cuántos tipos de gatas tricolores hay?
Dependiendo de la extensión, patrón y distribución de los tres colores, se pueden distinguir a grandes rasgos tres tipos de gatas tricolores (no obstante, la gran diversidad de posibilidades hace que no siempre resulte sencillo clasificar a una gata en concreto en alguna de estas categorías):
Calicó: las gatas calicó tienen gran cantidad de blanco, y los tres colores están bien diferenciados en grandes manchas. El blanco suele predominar en la parte inferior del cuerpo (pecho, abdomen, patas y barbilla). Algunas de estas gatas, incluso, son casi por completo blancas, con pequeñas manchas naranjas y negras.
Carey o tortuga: en estas gatas los tres colores están muy mezclados y no forman manchas diferenciadas. Puede que el blanco sea inexistente o muy escaso, aunque incluso cuando presenten porciones más grandes de blanco, el naranja y el negro estarán entremezclados (tortuga con blanco).
Tricolor atigrada: se trata de una gata tricolor en la que el patrón atigrado está bien marcado. Algunas gatas calicó o tortuga presentan también un patrón atigrado en las zonas naranjas, pero no en las zonas negras o grises. En las tricolores atigradas el patrón es mucho más claro en todo su manto (excepto, claro están, en las zonas blancas).
¿Por qué si clonamos una gata tricolor no obtendremos otra gata tricolor?
En diciembre de 2001 nació en Texas la primera gata clonada. Rainbow, la gata que donó su material genético para la clonación era una gata tricolor, pero Cc, el nombre que recibió su clon, resultó ser atigrada y blanca. La explicación de este enigma puede encontrarse una vez más en el proceso de inactivación del cromosoma X, y por tanto en el hecho de que el patrón de pigmentación de una gata tricolor sea el resultado tanto de factores genéticos como de desarrollo embrionario.
Al tratar de clonar una gata tricolor, se tomará una célula adulta de la gata donante, célula sobre la que ya habrá actuado (cuando la gata donante se encontraba en su etapa embrionaria) el proceso de inactivación de uno de sus dos cromosomas X. Así, el clon llevará solamente activado el gen O para el naranja o el gen o para el negro, pero nunca ambos.
Cc, hija de una gata tricolor atigrada con blanco, sólo podía ser naranja y blanca o atigrada y blanca, como resultó finalmente ser. Y, en cualquier caso, aun cuando fuera posible recomenzar el proceso de inactivación del cromosoma X, dado que se trata de un proceso aleatorio, el clon resultante podría tener un patrón de colores totalmente distinto al de la gata original.
Malas noticias para aquellos que estén pensando en clonar a sus queridísimas gatitas tricolores. Pero nada de lo que lamentarse para aquellos felices de asumir que cada gata tricolor es, en definitiva, única (como cada gato, como cada ser vivo).