Si hubiera que elegir un sonido universal para la paz, votaría por el ronroneo. B. L. Diamond

Asociaciones Protectoras de Animales de España

...busco algo en el blog

jueves, 3 de diciembre de 2009

... las gatas calicó y su leyenda

En el siglo XII, los monasterios en el norte de Tibet solían estar en permanente desacuerdo, monologaban sobre cuestiones teológicas, sin escucharse ni llegar a un acuerdo, lo que creaba desunión y malestar. Fue cuando tres monjes pididieron un ayuno por tres días para tranquilizar su espíritu.
A la mañana siguiente apareció en la puerta del monasterio una gata tricolor, abandonada junto a sus crías recién nacidas. Los monjes consideraron que podría ser una señal, y dieron cabida en el monasterio a esta pequeña .


Era tal la abnegación, sumisión y cuidado que procuraba la madre, que por días solo hablaron de las bondades de su “tricolor” y olvidaron las diferencias entre ellos. Los monjes se reunieron a meditar sobre esto, hasta que el más joven dijo: “sé el secreto de esta joven familia”.
El monje más anciano, simplemente cerró los ojos, y extendiendo sus preguntó: “Cuál?, Dime cuál, que a todos ha calmado?” Y el joven respondió: “Ella posee los tres colores, el blanco y el negro son el ying y el yang, los opuestos, nosotros; pero su manto está en habano, la tierra, nuestro lugar, significa que aquí podemos conciliar nuestras diferencias si nos ensamblamos, formando un crisol tan bello como su manto”
El anciano lo miró, bebieron juntos el té y el joven lloró. Un silencio extenso se esparció entre ambos. De pronto, el anciano toca su frente y le preguntó: “Te has dado cuenta que son hembras las tres, qué significado tendría que no existiera un macho entre ellas?” Y el joven contestó:
“Usted y yo tenemos algo en común, aunque las distancias del saber nos separen, ninguno de nosotros tiene el don de la vida, una mujer si, por ello son hembras, traen el mensaje de lo nuevo, la mutación, el cambio, nosotros somos permanencia”.
El anciano lloró, se retiró en silencio, y a la mañana siguiente dejó el monasterio en manos del joven, con la misión de preservar a la pequeña familia, partiendo hacia las montañas.
La leyenda, después de ocho siglos, tiene ribetes de realidad, y las gatas tricolor mantienen su misticismo.

lunes, 30 de noviembre de 2009

LEYENDA CAREYS

Cuenta la leyenda que, hace varios siglos, el Sol le suplicó a la Luna que le tapara un rato, que le diera una coartada para ausentarse del cielo, para bajar a la Tierra y ser libre, aunque sólo fuera un momento. El Sol quería dejar de ser el centro del Universo, quería que nadie se diera cuenta de su presencia, pasar inadvertido para sentirse liberado de tanta presión. La Luna, ante tanta súplica, accedió, y un día de junio cuando el sól más brillaba, la Luna se acercó al Sol, y le fue cubriendo, poco a poco, para que a los mortales de la época no les sorprendiera de golpe la oscuridad.El Sol, que desde lo alto hacía millones de años que observaba la faz de la Tierra, no lo dudó, para sentirse libre y pasar desapercibido se hizo corpóreo en el ser más perfecto, rápido y discreto que había; UNA GATA NEGRA. La Luna, perezosa, en seguida se sintió cansada, y sin avisar a su amigo Sol, se fué apartando. Cuando Sol se dió cuenta ya era demasiado tarde, salió corriendo hacia el Cielo, y tan rápido huyó, que se dejó en su morada momentánea parte de él; cientos de rayos de Sol se quedaron dentro de la Gata Negra.Desde entonces, todos los gatos que nacieron de la Gata Negra eran lo que nosotros, por desconocimiento, llamamos GATOS CAREY. Su manto oscuro se ve roto por cientos de rayos rojos, amarillos y naranjas. Y lo que la gente tampoco sabe es que su origen solar les atribuye propiedades mágicas, ya que atraen la buena suerte y las energías positivas.

GATAS TRICOLORES Y TORTUGAS

Según la sabiduría popular, las gatas tricolores son símbolos de buena suerte: una gata tricolor en la casa trae fortuna al hogar según la tradición celta, y los marineros japoneses llevaban gatas tricolores en sus barcos para protegerlos de tormentas y malos espíritus. También se cuenta, no obstante, que John Ashcroft, fiscal general de Estados Unidos, cree que las gatas tricolores son encarnaciones del diablo y evita encontrarse con ellas. Más allá de mitos amables y perniciosas supersticiones, en este artículo se intenta descifrar el qué, el cómo y el porqué de las gatas más multicolores del universo felino.
¿Qué es un gato tricolor?
Un auténtico gato tricolor es aquel cuyo manto presenta al mismo tiempo estos tres colores, que son los colores básicos de los gatos, en sus versiones fuertes o diluidas:
naranja (también denominado rojo) o algunas de sus variaciones: canela, crema...
negro o algunas de sus variaciones: azul/gris, lila, marrón...
blanco
Si no tiene uno de estos colores, aunque presente diferentes tonos de negro o naranja, no será un auténtico tricolor.
¿Es cierto que sólo las hembras pueden ser tricolores?
La inmensa mayoría de los gatos tricolores son hembras. La razón se encuentra en que el gen que determina el color naranja y sus variantes está ligado al cromosoma X. Este gen se denomina O (de orange, es decir, naranja), y sus dos opciones son:
O (naranja): convierte el pigmento negro normal en pigmento naranja.
o (no naranja): permite que cualquier otro color --negro o sus variantes-- presente en el otro cromosoma se manifieste.
Dado que los gatos machos son XY, sólo heredarán un gen para el naranja, el de su madre, de tal modo que sólo podrán ser naranjas (si es O) o no naranjas (si es o).
Las hembras, sin embargo, son XX y heredan dos genes para el naranja, uno de su madre y otro de su padre, de tal modo que en las hembras se dan tres opciones:
OO: naranjas
oo: no naranjas
Oo: naranjas y no naranjas, es decir, tricolores

Aunque habitualmente el alelo dominante (O) silencia al recesivo (o) y no le permite manifestarse, esto no sucede así en el caso del gen para el color naranja, donde ambos alelos combinan sus esfuerzos posibilitando gatas que son a la vez naranjas y no naranjas (negras), en mayor o menor combinación con el blanco. Como las hembras son las únicas que tienen dos genes para el naranja, sólo ellas pueden ser auténticas tricolores.
Las gatas tricolores se engendran a partir de una de estas cuatro posibilidades de emparejamientos (teniendo en cuenta que “negro” y “naranja” incluyen todas las posibles variaciones y diluciones de estos colores básicos):
madre naranja (OO) y padre negro (o) = hijas tricolores (Oo)
madre negra (oo) y padre naranja (O) = hijas tricolores (oO)
madre tricolor (Oo) y padre naranja (O) = hijas naranjas (OO) o tricolores (oO)
madre tricolor (Oo) y padre negro (o) = hijas tricolores (Oo) o negras (oo)
¿Es posible encontrar un macho tricolor?
Aproximadamente sólo 1 de cada 3000 tricolores será macho, y sólo 1 de cada 10000 será un macho fértil, aunque a falta de datos fiables, estas cifras son simples aproximaciones. Los machos pueden ser tricolores por varios motivos distintos:
Anomalía genética: consistente en la presencia de más de dos cromosomas sexuales. Si un gato tiene tres cromosomas sexuales y estos son XXY, puede suceder que sea un gato tricolor. Muy a menudo, estos machos son estériles. Aún en el caso de que sean fértiles, no engendrarán más machos tricolores, a no ser que se reproduzca la anomalía y la combinación genética precisa.
Mutación somática: que produce manchas de negro en gatos naranjas, por procesos similares a las manchas de nacimiento o lunares en la piel de las personas.
Quimeras: individuos consituidos por la fusión de dos óvulos fertilizados distintos. Tanto si los embriones que se fusionan son ambos masculinos (XY/XY) como uno masculino y otro femenino (XY/XX), puede suceder que el gato tenga el fenotipo de un macho tricolor.
Hermafroditismo: se trata de gatos que genéticamente son hembras (XX), pero que desarrollan características externas de machos debido a desequilibrios hormonales durante el desarrollo fetal.
¿Cómo se forman las manchas de colores en las gatas tricolores?
La formación de las manchas de colores ocurre por medio de un proceso denominado “inactivación del cromosoma X”. Dado que las hembras tienen dos cromosomas X, inactivan uno de ellos en cada una de sus células en un proceso aleatorio que deja las células con un solo cromosoma X funcional (normalmente cerca de la mitad de las células inactivan el cromosoma X de la madre y la otra mitad el del padre).
En el caso del gen para el color naranja en las gatas, algunas células al azar inactivan el cromosoma que lleva el gen O, mientras que otras inactivan el que lleva el gen o. A medida que estas células se multiplican, se irán formando las manchas de colores dependiendo de cuál sea el gen que tengan activado. El manto de una gata tricolor muestra así las consecuencias de un mosaico de células, algunas de las cuales tienen activado el gen O mientras que otras tienen activado el gen o.
Las manchas blancas están causadas por otro gen distinto (el gen S, de blanco parcial, el mismo que actúa en los gatos bicolor), cuya expresión varía entre mantos que son blancos casi por completo y mantos con apenas unos pocos pelitos blancos. Un efecto de este gen en las gatas tricolores es el de controlar la distribución de los colores, es decir, si estos están entremezclados o aparecen en grandes manchas bien diferenciadas. Así, las gatas tricolores con muy poco o nada de blanco tienden a presentar los colores muy mezclados, mientras que cuanta más zona blanca tengan, más distintas y separadas serán las manchas de rojo y negro.
¿Cuántos tipos de gatas tricolores hay?
Dependiendo de la extensión, patrón y distribución de los tres colores, se pueden distinguir a grandes rasgos tres tipos de gatas tricolores (no obstante, la gran diversidad de posibilidades hace que no siempre resulte sencillo clasificar a una gata en concreto en alguna de estas categorías):
Calicó: las gatas calicó tienen gran cantidad de blanco, y los tres colores están bien diferenciados en grandes manchas. El blanco suele predominar en la parte inferior del cuerpo (pecho, abdomen, patas y barbilla). Algunas de estas gatas, incluso, son casi por completo blancas, con pequeñas manchas naranjas y negras.
Carey o tortuga: en estas gatas los tres colores están muy mezclados y no forman manchas diferenciadas. Puede que el blanco sea inexistente o muy escaso, aunque incluso cuando presenten porciones más grandes de blanco, el naranja y el negro estarán entremezclados (tortuga con blanco).
Tricolor atigrada: se trata de una gata tricolor en la que el patrón atigrado está bien marcado. Algunas gatas calicó o tortuga presentan también un patrón atigrado en las zonas naranjas, pero no en las zonas negras o grises. En las tricolores atigradas el patrón es mucho más claro en todo su manto (excepto, claro están, en las zonas blancas).
¿Por qué si clonamos una gata tricolor no obtendremos otra gata tricolor?
En diciembre de 2001 nació en Texas la primera gata clonada. Rainbow, la gata que donó su material genético para la clonación era una gata tricolor, pero Cc, el nombre que recibió su clon, resultó ser atigrada y blanca. La explicación de este enigma puede encontrarse una vez más en el proceso de inactivación del cromosoma X, y por tanto en el hecho de que el patrón de pigmentación de una gata tricolor sea el resultado tanto de factores genéticos como de desarrollo embrionario.
Al tratar de clonar una gata tricolor, se tomará una célula adulta de la gata donante, célula sobre la que ya habrá actuado (cuando la gata donante se encontraba en su etapa embrionaria) el proceso de inactivación de uno de sus dos cromosomas X. Así, el clon llevará solamente activado el gen O para el naranja o el gen o para el negro, pero nunca ambos.
Cc, hija de una gata tricolor atigrada con blanco, sólo podía ser naranja y blanca o atigrada y blanca, como resultó finalmente ser. Y, en cualquier caso, aun cuando fuera posible recomenzar el proceso de inactivación del cromosoma X, dado que se trata de un proceso aleatorio, el clon resultante podría tener un patrón de colores totalmente distinto al de la gata original.
Malas noticias para aquellos que estén pensando en clonar a sus queridísimas gatitas tricolores. Pero nada de lo que lamentarse para aquellos felices de asumir que cada gata tricolor es, en definitiva, única (como cada gato, como cada ser vivo).