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jueves, 25 de marzo de 2010

Historia de las razas de gatos

La cría de gatos con una finalidad estética comenzó a finales del siglo XIX en Gran Bretaña, o sea que es relativamente reciente. Desde ese momento el gato ya no es únicamente un animal "útil" como cazador de roedores y pequeñas alimañas, sino que se convierte en un animal cuyo principal fin es la compañía de los humanos.
Aunque la primera exposición se realizó en una casa particular, sin embargo oficialmente se considera que el origen de las exposiciones felinas fue la que se llevó a cabo en el Crystal Palace de Londres (foto de la izquierda) el 13 de julio de 1871. Desde esa fecha se siguieron celebrando todos los años hasta el 1936, cuando un incendio devastó el edificio, pero se trasladó la exposición al Olimpia Exhibition Centre, costumbre que sigue hasta nuestros días. En el año 1887, Harrison Weir, juez de la exposición del Crystal Palace, fundó el primer club felino del mundo, el Nacional Cat Club.
Al mismo tiempo, también a finales del siglo XIX se difundió la crianza de gatos en los Estados Unidos, celebrándose la primera exposición en los años 80 de ese siglo (que por cierto duró dos semanas), aunque la más importante, y la primera si la comparamos con las actuales, tuvo lugar en el Madison Square Garden de Nueva York en 1895.
La Fédération Internacional Féline (FIFe) nació París, en 1949, como resultado de la fusión entre la Royal Cat Society of Flanders (Bélgica), la French Cat Federation (Francia) y la Italian Cat Society (Italia), a instancias de la señora Marguérite Ravel, una francesa muy aficionada a los gatos. Esta fusión "no oficial" dio lugar a la Fédération Internacional Féline d'Europe (FIFE). En la primera exposición de la FIFE celebrada en París en 1949 se presentaron unos 200 gatos de Francia, Bélgica, Suiza, Italia y Holanda (en la del año pasado de Copenhague había casi 1400 llegados de todo el mundo).
El 10 de diciembre de 1950 se funda oficialmente la federación tras la celebración de su primera Asamblea General, donde se presentaron los estatutos y normas que la regirían. Poco a poco se fueron uniendo más federaciones de otros países europeos, hasta que en el 1972 se aceptó al Clube Brasileiro do Gato, con lo que la FIFE se expandía fuera de Europa y tuvo que cambiar su nombre. A partir de ese momento pasó a llamarse Fédération Internacional Féline (FIFe). Su sede se encuentra en Luxemburgo y sus idiomas oficiales son el francés, el inglés y el alemán. Actualmente la federación cuenta con cerca de 75.000 miembros, y se realizan al año unas 350 exhibiciones en todo el mundo, en las que participan unos 125.000 gatos.
En España, la primera asociación felina se creó en Cataluña, en el año 1983, con el nombre de ASFE (Asociación Felina Española), y al año siguiente organizaron la primera exposición en el recinto del Pueblo Español de Barcelona. Unos años después fue admitida en la FIFe, Federación Internacional Felina, de la que forman parte 39 organizaciones de 37 países distintos. Sus objetivos son convenir las normas de la crianza, presentar los estándares y las nuevas razas, difundir el amor por los gatos y mejorar sus características, siempre sobre la base del respeto por el animal y su máximo cuidado, y teniendo como norma la realización de esta afición sólo por la pasión que los gatos provocan en los criadores, y no por cuestiones económicas.
La verdadera historia de las razas de gatos comienza tras la exposición de julio de 1871 en el Crystal Palace, pues antes de esa fecha ni siquiera se había planteado que estos animales pertenecieran a diferentes razas, ya que el color del pelo y los ojos no tenían la menor importancia (excepto en la época medieval, en la que se tenía al gato negro como reencarnación del diablo), y aunque los gatos eran apreciados por mucha gente por su compañía, lo más importante era sin duda su utilidad como cazadores de pequeñas alimañas. En aquella exhibición de Londres se presentaron 167 expositores para unas 25 categorías de gatos, compuestas sobre todo por persas y europeos y clasificados por colores. Tres años después casi se dobló el número de participantes, y como dato curioso se puede decir que ganó un ocelote, al que presentaron como "gato salvaje o híbrido de gato salvaje y doméstico". A partir de estos momentos comenzó realmente el tirón de los criaderos y de las exposiciones felinas.
Con la difusión de la cría se fueron unificando criterios para definir las razas, y así hoy en día el término raza se aplica a "un grupo de individuos que presentan una misma morfología, un tipo de manto determinado y característico, una distribución del color o un origen geográfico común". También se han unificado los criterios de reconocimiento y aprobación de nuevas razas, las cuales aparecen por los siguientes procesos:
Mutaciones naturales: por ejemplo el manx.
Recombinación de genes mutantes: persa colourpoint.
Cruces: ragdoll, mau egipcio, tonkinés...
Aunque el número de razas felinas es mucho menor que el de perros (que anda por las 150, mientras que de gatos hay unas 40), su evolución ha sido tan rápida que incluso se pueden clasificar por su "antigüedad". Tenemos una docena más o menos de razas tradicionales, que se conocían antes del siglo XIX, cuando comenzó la verdadera cría de gatos, y que son el europeo, el siamés, el persa (foto sobre estas líneas: Misha), el abisinio, el chartreaux, el azul de Rusia, el Maine Coon (foto bajo estas líneas: Mohave), el bosque de Noruega, el korat, el sagrado de Birmania y el burmés (este último descubierto en 1939). Por lo tanto la mayoría de razas reconocidas actualmente son posteriores a 1950 (durante la Segunda Guerra Mundial se paralizó todo este tema), y a ello ha ayudado mucho el avance en la genética, que ha permitido a los criadores realizar cruces sin correr muchos riesgos.
Como en todos estos temas relacionados con la manipulación genética, ha habido y seguirá habiendo mucha controversia sobre el papel de los criadores, y se intenta al menos no hacer cualquier cosa indiscriminadamente. El gato, a diferencia del perro, no ha sufrido variaciones en su morfología general, debido a que las mutaciones naturales son menores en los gatos que en los perros o al menos no cambian la fisonomía general del felino. Por esa razón las razas felinas se diferencian principalmente por el color o longitud del pelo y el color de los ojos, mientras que en las razas caninas nos encontramos multitud de tamaños, además de colores. Afortunadamente nadie se ha atrevido a cambiar el tamaño o forma de los gatos, ya que se considera un perfecto modelo de belleza, y las normas de la FIFe apoyan este punto.
En cuanto a las razas en sí, la FIFe ha creado una clasificación en varias categorías según el manto y el origen de los gatos. Por tanto, las razas reconocidas por los organismos internacionales son las siguientes:

Categoría I. Persa y Exótico. La diferencia entre ambos es que los Exóticos tienen el pelo corto y los Persas lo tienen largo, pero por lo demás son iguales (tanto en estructura del cuerpo como en color de pelo y ojos).
















Categoría II. Gatos de pelo semilargo. Sagrado de Birmania, Maine Coon, Ragdoll, Siberiano, Angora Turco, Van Turco y Bosque de Noruega.



































Categoría III. Gatos de pelo corto. Es el grupo más numeroso. Cornix Rex, Devon Rex, Bobtail Japonés, Korat, Manx, Mau Egipcio, Abisinio, Bengalí, Burmés, Chartreaux (Cartujo), Azul Ruso, Somalí, Ocicat, Burmilla, Británico, Europeo, Sokoke, Sphinx, Snowshoe, etc.




































Categoría IV. Razas orientales. Balinés, Oriental Shorthair, Oriental Longhair, Siamés.
















Fuentes:


- El Gato, tomos 1 y 6. Ed. Planeta-DeAgostini, S.A., Barcelona, 1994.


- ASFE. Asociación Felina Española (http://www.asfe.net/)


- FIFe. Fédération Internacional Féline (http://www.fifeweb.org/


http://www.migato.com/

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