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sábado, 20 de marzo de 2010

La obesidad en los gatos

La forma más frecuente de malnutrición entre las mascotas del Reino Unido y de España es el consumo excesivo de calorías que conduce a la obesidad. Se estima que entre un 25 y un 30 por ciento de los gatos están obesos. Se considera a un gato “obeso” cuando su peso supera en un 20% su peso óptimo, debido a una acumulación excesiva de grasas. Un gato presenta “sobrepeso” cuando su peso supera entre un 1 y un 19 por ciento su peso óptimo. Idealmente, los gatos deberían ser alimentados en cantidad suficiente para mantener su peso ideal. Estudios realizados a largo plazo demuestran que tanto la obesidad como la delgadez excesiva acortan la esperanza de vida.

Medición de la condición corporal
El peso corporal puede ser usado para saber si un gato ha ganado o perdido peso. Para determinar cuál es el peso ideal de un gato hay que tener en cuenta su edad y raza. Por ello se usa habitualmente una escala de puntuación de la condición corporal llamada Body Condition Score o BCS en inglés. Esta escala puntúa la condición corporal del gato de 1 a 9, siendo 1 el valor para un gato emaciado, 5 el peso ideal y 9 el valor para un gato obeso. Un gato se considera obeso cuando sus costillas son difíciles de palpar debido a que tiene una gruesa capa de grasa recubriéndolas, tiene una capa de grasa de moderada a gruesa recubriendo todas sus prominencias óseas, tiene una falda “péndulo” (tiene una gran masa de grasa en la parte inferior del abdomen ) y no tiene cintura. Cuando se le observa desde el aire, la espalda esta ensanchada (ver foto).

La obesidad representa un riesgo para la salud
La obesidad aumenta los riesgos de padecer muchas enfermedades y también su progresión (ver cuadro tabla).

Factores de riesgo para desarrollar obesidad
El aumento de peso se produce cuando un gato tiene un “balance energético positivo” durante un período prolongado de tiempo, es decir, cuando ingiere más calorías de las que gasta. La energía en exceso es almacenada en forma de grasa. En la mayoría de las ocasiones el cuerpo es capaz de regular la ingesta de energía para que sea pareja con la energía que se usa, manteniendo la condición corporal alrededor de su “punto óptimo”. No obstante, algunos factores pueden alterar este punto óptimo y predisponer el gato a que gane peso.

Los gatos de pura raza tienen menos tendencia a ganar peso que los domésticos o europeos. Los gatos esterilizados tienden a ganar peso más fácilmente que los enteros. Cuando un gato es esterilizado sus necesidades energéticas disminuyen en un 20 por ciento, por lo que los gatos esterilizados requieren menos energía para mantener su peso que los gatos enteros. La actividad física contribuye de manera muy importante a las necesidades energéticas de un individuo. Los gatos que ejercen poca actividad física o que tienen restringidas sus posibilidades de realizarla están sometidos a mayor riesgo de ganar peso que los gatos activos. Los gatos enteros tienen tendencia a deambular. Al esterilizarlos, su deseo de deambular disminuye y la actividad física llevada a cabo por el gato también.

La edad del gato también está relacionada con la prevalencia de obesidad. Los gatos menores de 2 años tienen menos posibilidades de estar obesos, mientras que los gatos de entre 2 y 10 años tienen menos requerimientos energéticos y por lo tanto ganan peso más fácilmente. Los gatos geriátricos (gatos mayores de 10 años de edad) suelen tener un peso por debajo del peso ideal.

Alimentar al gato con una dieta palatable y calóricamente muy densa predispone a los gatos a que coman en exceso y favorece la obesidad, especialmente si estas dietas son administradas ad-libitum o si se usan como “premios” de una manera excesiva. Además, algunos medicamentos pueden predisponer a los gatos a ganar peso, bien aumentando el apetito o disminuyendo la velocidad del metabolismo. Medicamentos asociados frecuentemente con el aumento de peso son los corticoides (como la prednisolona), la amitriptilina o la ciproheptadina.

Tratamiento de la obesidad
Es peligroso que los gatos obesos pierdan peso rápidamente debido a que les predispone al desarrollo de lipidosis hepática, una enfermedad del hígado potencialmente fatal en la que se deposita grasa en el hígado debido a un cambio en el metabolismo durante períodos de ayuno. Lo ideal es que la pérdida de peso sea gradual y regular; puede necesitarse hasta un año para devolver a su peso ideal a un gato con obesidad grave. Su veterinario diseñará un programa de pérdida de peso que combine una dieta adecuada, un plan de ejercicio físico y una monitorización cuidadosa. Cuando estamos en contacto diario con un gato obeso es muy difícil notar la pérdida de peso. Las visitas regulares a su veterinario para pesar a su gato sirven para asegurarse de que no pierde peso de manera demasiado rápida.

Los gatos son carnívoros estrictos y, a diferencia de humanos y perros, necesitan carne en su dieta para sobrevivir. La dieta natural del gato son mamíferos de pequeño tamaño, lo que constituye una dieta alta en proteína y baja en hidratos de carbono. Para que puedan perder peso, las dietas veterinarias diseñadas para los gatos tienen un contenido alto en proteína y bajo en grasa e hidratos de carbono. Estas dietas permiten al gato perder peso a partir del exceso de grasa corporal, pero manteniendo su masa muscular.

Además de una dieta adecuada, se puede animar a su gato a realizar ejercicio aumentando el tiempo que pasa jugando con él, o animándole a moverse por la casa (subiendo y bajando escaleras con la ayuda de un arnés si es necesario, trasladando el plato de la comida a distintos puntos de la casa…).

Manteniendo el peso óptimo
Una vez que su gato ha alcanzado su peso adecuado es posible que necesite cambiar su dieta a una baja en calorías o “light”. Estas dietas han sido diseñadas para felinos poco activos, y no contienen tantas calorías como las dietas habituales de mantenimiento. Así como es difícil observar la disminución de peso en un gato con el que estamos todos los días, también lo es darnos cuenta de cuando esta ganando peso de nuevo. Es importante continuar con revisiones regulares para pesarlo y asegurarse de que la grasa no vuelve a acumularse silenciosamente.



¿Cómo saber si su gato está obeso?
1) Para realizar la evaluación, primero se palpan las costillas, deben sentirse y debe haber una cantidad moderada de grasa sobre ellas, pero las costillas se deben diferenciar bien a la palpación, si se observan las costillas a simple vista, el animal es demasiado delgado, si no se pueden "sentir" las costillas el animal está en sobrepeso.

2) Palpar la zona posterior por delante de la base de la cola, debe sentirse rellenito pero con la piel lisa, si se observan las puntas de los huesos de la cadera, el animal está demasiado delgado, si no se puede palpar ningún hueso, eso indica que existe sobrepeso.

3) También deben palparse las protuberancias óseas de la columna vertebral y hombros, igualmente, se debe sentir una delgada capa de grasa por encima de las partes óseas, si estos huesos se sienten fácilmente o son visibles, el perro o gato están demasiado delgados. Si no se sienten los huesos bajo la capa de grasa, el animal es, obviamente, obeso.

4) Observar el animal desde arriba, la "cintura" debe ser bien definida detrás de las costillas, si es demasiado profunda y se observan protuberancas óseas, el animal está demasiado delgado, si no existe "cintura", o más pronunciado, o sea desde arriba se observa como una "mesita ratona", el gato o perro es groseramente obeso.

Sí se observa al animal con mucho sobrepeso, consultar con el Médico Veterinario para que haga un control clínico y ver si el animal no padece ninguna enfermedad debido a la obesidad, también ver la posibilidad de comenzar una dieta adecuada dirigida por el profesional para una reducción de peso.

La obesidad puede favorecer las siguientes patologías:

* Diabetes mellitus
* Enfermedades hepáticas
* Alteraciones cardiocirculatorias
* Alteraciones articulares
* Mayor susceptibilidad a infecciones
* Alteraciones dermatológicas
* Dificultad respiratoria
* Predisposición al golpe de calor
* Trastornos reproductivos
* Mayor riesgo anestésico-quirúrgico
* Constipación
* Problemas visuales


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