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domingo, 27 de junio de 2010

Síndrome del gato paracaidista

El accidente más frecuente que sufren los gatos domésticos, es la caída desde grandes alturas, lo cual ha dado origen al llamado “síndrome del gato paracaidista” o “síndrome del gato volador”, nombre con el que los veterinarios han bautizado a esta patología frecuente en los gatos.

Los felinos con síndrome del gato paracaidista, son aquellos que acuden al veterinario de urgencia por caídas desde diversas alturas, especialmente de más de 7 metros (una altura equivalente a 2 pisos). Estas caídas frecuentes se deben a que los gatos son cazadores temerarios y por instinto les gusta pasearse por terrazas y ventanas abiertas, y a pesar de que son equilibristas muy ágiles, alguna distracción o un error de cálculo, pueden hacerlos terminar en el suelo.

Las principales lesiones producto de estas caídas, afectan principalmente a la cabeza, la región posterior, el abdomen y el tórax. Sin embargo, existe un alto índice de supervivencia a estas caídas libres, debido a que los felinos adoptan instintivamente la mejor postura para amortiguar el golpe, de allí su fama de tener siete vidas.

Los descuidos de los propietarios, la curiosidad que caracteriza a la especie felina, la falta de experiencia de los gatos jóvenes y el comienzo de la pubertad (actividad sexual), son las principales causas que provocan que el gato se precipite al vacío.

Los gatos más jóvenes (menores de 2 años) o los que no han sido esterilizados, son los que tienen mayor riesgo de sufrir el síndrome del gato paracaidista, cuya prevalencia es la misma en machos como en hembras.

Contrario a lo que la lógica nos dice, existe mayor probabilidad que un gato sufra lesiones más serias, si cae de una altura baja, que de un piso más alto. Esto se debe a que el sentido de equilibrio del gato le permite darse la vuelta durante la caída y amortiguar el golpe.

Estados de la caida de un gato

* 1. Caida libre
* 2. El gato trata de orientarse y desplaza su tronco y su cabeza hacia un lado
* 3. Sigue girando su tronco y cabeza, pero ahora gira totalmente su cuerpo
* 4. Trata de colocarse con la patas hacia abajo y las estira, ofreciendo más resistencia al aire
* 5. Cae como un plomo, pero sobre sus patas

El gato adopta una postura diferente cuando nota la aceleración de la caída, en cuanto alcanza la velocidad límite, deja de haber aceleración y el gato relaja su postura que por ser menos encogida, ofrece mayor superficie de contacto con el aire, a mayor resistencia mayor reducción de la velocidad. Este aumento de superficie trae consigo una mayor resistencia frenando la caída y consiguiendo una nueva velocidad límite más pequeña, que deja unos segundos más al gato para colocarse sobre sus patas y no caer sobre el costado o el lomo.


Sucede que poco antes de llegar al suelo, el gato se estira para aumentar al máximo su superficie y con ello el rozamiento con el aire, ocurriendo el movimiento en dos fases y cayendo en forma similar a un paracaídas, de allí el nombre del síndrome.

Si tu gato llegara a caerse, debes llevarlo inmediatamente al veterinario, pues aunque por fuera no le veas ninguna lesión, podría tener lesiones internas.

¿Cómo prevenir que tu gato experimente el síndrome del paracaidista?

Si a tu gato le gusta estar en las orillas de la ventanas o de la terraza, lo mejor será tomar precauciones, para evitar que uno de estos días experimente “su primer caída libre”.

Hay varias cosas que puedes hacer para evitar que tu mascota experimente “el síndrome del paracaidista”. Por ejemplo, puedes enriquecer su ambiente con juegos interactivos, sistemas de búsqueda de comida, estanterías y otros elementos donde puedan desarrollar su conducta de caza. La introducción de otro gatito con el que pueda jugar y entretenerse también podría ayudar. Consulta a un experto en conducta felina que te explique cómo hacerlo.

Mantén a tu gato alejado de zonas de riesgo, como ventanas y balcones. Si no es así, puedes colocar mosquiteras, rejillas o cerramientos de forma que dejes a tu mascota satisfacer su conducta de acecho, pero sin caídas que pueden llegar a causarle la muerte.


Fuente:
http://www.vetclinic.es
http://www.besosdegato.com

1 comentarios:

Timy dijo...

Me gustaria comentar, que no debemos subestimar estas cosas. Yo vivia en un 6º piso, sin balcon, solo dos miradores. Estos miradores eran con puerta corredera de cristal y una valla metalica, la cual dejaba unos 15 centimetros libres desde el suelo hacia el inicio de dicha valla. Cuando nos mudamos a ese piso teniamos una gatita de dos años que sabia perfectamente era sitio peligroso. Al cabo de dos años y de la muerte de mi gatita por otros motivos, adoptamos una pequeñina de 2 meses. Un par de meses despues nos dio el primer susto cuando atraveso la valla.. curiosidad.. la medida que tomamos fue dejar cerradas las puertas corredizas. Hasta el ultimo día que pasabamos en esa casa, la última noche antes de mudarnos un pequeño descuido de nuestra parte (la puerta quedo ligeramente abierta) y logre ver como se colaba.. la llame y al verme salio corriendo (sabia que lo tenia prohibido).. el corazón se me subio a la garganta, intente llamar su atención para que regresara como aquella vez pero.. justo en ese momento se escucho un estruendo de moto que salia del parking y que hasta yo salte...
Pensar que una moto la mató, que la mato mi imprudencia, que la mató su curiosidad. Aun latia su corazón cuando bajamos a recogerla, pero tenia sus huesitos rotos y creo que el craneo también.. estaba y no estaba.. cuando llegamos a la clinica ya habia muerto, supongo que fue al colocarla sobre una madera, senti como se estremecio.. 5 minutos despues ya se habia ido. La veterinaria me dijo que era muy común esos accidentes, para mi no, si amas a tu gato y vives en alturas, tomas todas las precauciones que yo no tomé porque llevaras siempre el lastre y el trauma no solo de saber que ha muerto porque no fuiste capas de cuidarla bien, si no de ver también su agonia.